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Los sinsentido de la señora Presidente …

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Fecha Publicación: 23/08/2023 - 22:50
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Uno de los peores problemas que enfrentamos los peruanos es el de la inseguridad ciudadana que permite la consolidación de los grandes emporios del crimen, desde donde, con el gran poder económico que obtienen, su capacidad de incentivar la otra plaga nacional, la corrupción generalizada, se torna casi invencible.

La lucha contra la delincuencia y el combate contra la corrupción van de la mano y así lo ha demostrado el presidente de la República de El Salvador cuando, luego de aplastar a las mafias callejeras que tenían bajo su poder a todas las formas criminales mediante organizaciones sólidamente estructuradas, ha dado un salto cualitativo para pasar al combate contra la corrupción que alcanza tanto a los políticos y funcionarios públicos de turno como a un gran sector empresarial.

Lo que nos enseñaron en el colegio y la universidad es que no tenemos que inventar soluciones porque es nuestra obligación estudiar la historia para encontrar en ella lecciones que pueden aplicarse con eficacia adecuándolas al espacio, tiempo e historia a decir de Haya de La Torre.

No necesitamos inventar lo ya inventado porque no alcanzaríamos nunca a los países que nos adelantan por décadas y lo mismo podríamos decir respecto de las personas que han tenido éxito y que en nuestro país son objeto de una envidia destructiva.

Nos enseñaron que los japoneses, con un extraordinario pragmatismo y clara visión de futuro, habían logrado un espectacular desarrollo desde antes del siglo XX, imitando a los exitosos en todo lo que se convirtió en beneficioso, igualándolos con una educación dirigida para sostener y perfeccionar lo imitado en todas las áreas económicas y sociales para luego superarlos, esta vez sí, incorporando su propia creatividad.

Decimos esto porque ha surgido en el Perú la pregunta sobre si sería práctico imitar lo hecho por Bukele en El Salvador, ante la cual, algunos especialistas, el primer ministro y el jefe policial de la Dinincri dijeron que sí sería posible, pero mejorándolo, es decir, imitando, igualando y superando.

Lo desconcertando fue escuchar a la presidente Boluarte sostener que el Perú debe construir sus propias vías de solución, es decir, tenemos que redescubrir América en vez de estudiar a plenitud lo hecho en El Salvador, imitar el método más adecuado y superarlo con la creatividad propia de nuestra gente.

Nos parece que a la señora Boluarte le traiciona la ideología marxista leninista mariateguista que abrazó al postular por Perú Libre como vicepresidenta, contenida explícitamente en el famoso plan de gobierno perulibrista, con la cual jamás ha deslindado, no bastando su repudio contra Pedro Castillo porque esto sería una anécdota frente a una sólida ideología roja.

Algo no anda bien en el actuar de la señora Boluarte cuando de tomar decisiones radicales se trata. Eso de querer quedar bien con todo el mundo no sirve porque la inacción termina potenciando el peligro que se pretende eliminar.

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