Lucho Castañeda, el alcalde solidario

El miércoles 12, al amanecer, falleció Luis Castañeda Lossio, tres veces alcalde de Lima, que se distinguió por ser un líder político de pocas palabras, de muchas obras y de especial sensibilidad para con los más débiles en la sociedad, que despertó el afecto y el agradecimiento de las mayorías menos favorecidas, como la incomprensión de gran parte de los poderes fácticos; porque nunca lograron encasillarlo para sus conveniencias ni sus estereotipos.

Su amplia visión del desarrollo humano, social y económico de la capital, que alberga a la tercera parte de los habitantes del país, tenía sus raíces en la “solidaridad”, nombre del partido político que fundó; porque creyó con firmeza en que todas las personas debían tener las mismas posibilidades, más allá de su condición. Por eso, siempre echó mano de la subsidiaridad del Estado, para hacer obra pública, de la mayor calidad, en los lugares de más pobreza.

Desde el 2006 me uní a Solidaridad Nacional -ahora Renovación Popular- y muchas veces tuve la oportunidad de que el alcalde Castañeda nos invitara a conocer sus obras, explicándonos siempre la gestación de las mismas, sus objetivos y hasta las críticas que recibía. Recuerdo que cuando fuimos al Parque de la Muralla, a orillas del Rímac que antes había sido un muladar, nos mostró orgulloso el museo y nos dijo que algunos le habían observado el aire acondicionado, colocado en ese lugar, realmente caluroso. “Creen que los pobres no tienen derecho disfrutar de un lugar limpio y fresco, como en los mejores museos”, nos dijo.

Muchos citadinos no deben conocer los clubes zonales que Luis Castañeda convirtió de campos terrosos en parques con piscinas inmensas, lagos navegables, canchas de deporte, zonas de picnic, comedores, juegos para niños, bibliotecas, cabinas de internet y todo lo que cualquier club de primera de Lima pueda envidiar. Todos atendidos por personal capacitado y a precios accesibles a los vecinos de pocos recursos. “En estas zonas, las casas son pequeñas, es por eso que las familias deben tener lugares de esparcimiento donde reunirse y disfrutar”, nos comentaba.

Los Hospitales de Solidaridad que otros cambiaron con el nombre de SISOL, fueron concebidos por el alcalde Castañeda Lossio, según contaba, un día que visitó un depósito de chatarra heredado de gestiones anteriores. Ahí descubrió unos buses que mandó a arreglar para que sirvieran de consultorios rodantes y así “poder llevar salud ahí donde los más pobres la necesitaran”. Al concluir su última gestión, con el 80% de aprobación, dejó los hospitales en grandes locales con tecnología médica de punta, pioneros de la telemedicina para todo el Perú. En Sullana, consiguió que un alcalde cediera el local de un ex mercado, para construir ahí un hospital, gestión que acompañamos estando en el Congreso de la República.

Notable obra es también el Parque del Circuito Mágico de las Aguas, la reconstrucción del Teatro Municipal -dañado por un incendio, en gestión anterior; la modernización del Museo de Lima, el sistema de transporte del Metropolitano, los puentes y autopistas para facilitar la movilidad vehicular en Lima.

Visionario, creativo y entregado al trabajo, se levantaba a las 3 de la mañana para fiscalizar el avance de las obras; pero prefería la discreción, más que las cámaras. A un líder excepcional, exigente y entregado, como pocos tenemos en la historia política nacional, debemos recordarlo siempre a lo largo los años y agradecerle que nos mostrara el camino esforzado, pacífico y humano del verdadero cambio: “No me resignaré a ver la pobreza como parte del paisaje”.

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