Luego del ataque israelí a Hamás en Qátar
El reciente ataque de Israel en Qátar -importante país árabe de la porción oeste de la península arábiga, con fronteras con un solo país, Arabia Saudita, su vecino, rodeándolo por completo y con éste, las aguas del Golfo Pérsico-. en el objetivo de aniquilar a los líderes de Hamás, la milicia terrorista palestina que ha estado al frente de la Franja de Gaza desde 2006 en que ganaron unas elecciones cuestionadas, ha movido las fichas de la lógica en Medio Oriente, espacio convulso del planeta. En efecto, los dirigentes de Hamas que se encontraban en Doha, precisamente negociando el asunto de los rehenes israelíes -los pocos que aún siguen con vida-, que secuestraron luego de masacrar a otros 1200, en octubre de 2023, y la situación de los gazatíes, derivada de la reacción Israelí por la referida masacre abriendo paso a la guerra que se ha cobrado la muerte de más de 64 mil muertos, y de anunciar el ingreso de su ejército y por completo en la ciudad de Gaza, aunque no fueron eliminados como se ha se ha dicho por los medios, ha puesto al descubierto de que para Israel no existen límites, ni los del derecho internacional al violentar la soberanía de otro Estado (Qatar) por su ataque, ni los del poder internacional, al efectuarse en territorio de un aliado (Qatar) de su mayor aliado (Estados Unidos de América). Uno de los asuntos más sensibles es que el objetivo de Israel sobre Hamás ha pasado por encima del país árabe que más ha venido actuando como el principal negociador con Hamás. En efecto, nadie ni nada para tener una vinculación directa y sin intermediarios con Hamás que el Estado de Qatar que, al mismo tiempo, es un aliado muy importante para Washington, como ya he anotado. Israel sabe que, con su incursión por ataque selectivo en Doha, los acuerdos de Abraham que viniera construyendo formidablemente con los países árabes, si acaso ya habían sido impactados con el ataque de Hamás en Israel, ahora por el ocasionado en Qatar, ha terminado por arrinconarlos hasta nuevo aviso. La inocultable mortificación de los países árabes, ha llevado a un cúmulo de especulaciones sobre su reacción para con Israel, y una de carácter reactivo desde la política internacional, no sería idónea ante lo sucedido. Washington tampoco debería hacerlo ante la acción militar israelí, seguramente no consultada. Los ánimos de los actores en Medio Oriente están realmente caldeados y razones no faltan a ninguno de los actores según como miren sus circunstancias desde el ángulo que mejor les parezca. Una extensión de la guerra por todo el Medio Oriente solo producirá un perdedor total: la paz. La diplomacia deberá alzarse de estos escombros producidos en los últimos días para superponerse. No será fácil pero otro camino siempre será el menos indicado.
(*) Excanciller del Perú e Internacionalista
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