ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Luis XIV: el rey del absolutismo y despotismo monárquicos

Imagen
Fecha Publicación: 31/08/2023 - 21:40
Escucha esta nota

El 1 de setiembre de 1715, como hoy, moría en París el rey más absolutista de Francia en toda su historia monárquica: Luis XIV. De paso, el rey que más tiempo permaneció en el trono –71 años– y al que todos recordamos por autoproclamarse con la frase “EL ESTADO SOY YO” que sería la frase del éxtasis monárquico europeo durante del denominado despotismo ilustrado.

Nadie como este rey en su tiempo (1638-1715), que también lo fue de Navarra y copríncipe de Andorra, para mostrar el referido despotismo a la máxima potencia y que debe entenderse como el desprecio por todos los que lo rodeaban, pudiendo decidir a su antojo sobre el destino de sus súbditos, amparado en la idea medieval del derecho divino, es decir, que siendo el rey un hombre de carne y hueso, en realidad no era un hombre cualquiera, considerándose hijo de Dios, su enviado o sencillamente se trataba de Dios humanizado.

Con los siglos, la ciencia política ha estudiado a las autocracias, dictaduras y totalitarismos de los siglos XX y XXI, como conductas políticas legadas de las referidas monarquías absolutas. Mal ejemplo para América, entonces, que fue haciéndose primero, a partir de las conquistas europeas, y luego, por los procesos emancipadores de los pueblos del continente a fines del siglo XVIII e inicios del XIX.

Pero ¿por qué recordamos al mayor rey absolutista de Francia? La razón es simple: las sociedades de nuestra región, que han soportado gobiernos de facto, principalmente en los años 60 y 70 del siglo XX, tienen el compromiso de bregar para que la región las arranque para siempre. En otras palabras, nadie quiere para nuestros países, en plena era de la globalización, gobernantes como Luis XIV.

Desde que fuera creada la OEA en 1948, o puesta en vigencia la Carta Democrática Interamericana, en 2001, estas bases jurídicas para la administración del poder político, no se cumplen a cabalidad. En Venezuela, Nicolás Maduro sigue al frente del país, intimidando con las armas y ha demostrado que hará cualquier cosa para mantenerse; Daniel Ortega, en Nicaragua, sigue reprimiendo todas las veces que sea necesario aferrado al poder, y apoyado en su esposa, escandalosamente en el cargo de vicepresidenta; y, en Cuba, la resistencia recalcitrante de los pocos viejos revolucionarios que ingresaron con Fidel Castro en La Habana, en 1959, no permiten que el país consiga su libertad. Rechacemos los absolutismos del siglo XXI.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.