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Lukashenko y el factor Bielorrusia en la guerra ruso-ucraniana

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Fecha Publicación: 28/03/2023 - 21:50
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Bielorrusia, país mediterráneo, con una superficie de 207,628 km y cerca de 10 millones de habitantes, la mayoría cristiana ortodoxa -ubicado en la denominada Europa Oriental-, y que tiene fronteras al norte con Rusia y al sur con Ucrania, como también con Polonia, Lituania y Letonia; ocupa la mayor atención internacional por el reciente anuncio del mandatario ruso, Vladímir Putin, de desplegar armas nucleares hasta su territorio para ser desplazadas desde allí contra el gobierno de Kiev.

Pero ¿por qué Putin afirma a sus anchas tremenda amenaza de acciones militares desde el territorio de un tercer Estado? La respuesta no será difícil si tenemos en cuenta que Bielorrusia cuenta a Aleksander Lukashenko, su tirano gobernante desde hace casi 30 años, y títere confeso del régimen de Moscú, que prácticamente lo mantiene al frente del país gracias a los millonarios apoyos que ha desplegado sobre esta empobrecida antigua exrepública soviética independizada en 1991 pero que vale oro para Putin en términos geopolíticos y estratégicos pues por su territorio, como vía más corta, salen el 20 % del gas y el petróleo rusos para la venta internacional.

Lukashenko, tildado de dictador, lo que no le molesta, además por mantener presos políticos desde hace buen tiempo, sigue creyendo que la Guerra Fría no ha acabado y por eso se aferra a los formatos comunistas ya extinguidos como los dinosaurios.

Nadie le cree, dentro y fuera del país, al haberse consagrado como un perfecto arribista de la política europea oriental, llamando a su vecino Rusia país hermano, y hasta haber formado con Moscú el denominado Estado unitario por el cual Putin, siempre más audaz, en el fondo busca convertir a Bielorrusia también en una provincia de Moscú. Bielorrusia, que, como Perú, estuvo presente en el privilegiado e histórico grupo de los 51 Estados firmantes de la Carta de San Francisco, tratado fundacional de la ONU, en 1945, no tiene mayor margen de acción que aquel decidido por Moscú, sirviéndole de censurable base militar idónea contra Ucrania. Esa ha sido la vergonzosa apuesta de Lukashenko, el alineado gobernante que por supuesto los bielorrusos no merecen.

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