Machu Picchu: Activo en estado crítico terminal
Machu Picchu—considerada aún una de las Maravillas del Mundo Moderno—se encuentra en estado crítico. La politización, la angurria, y los pequeños y grandes intereses, han dejado a la bellísima ciudad del Cusco, al borde de perder su estatus de Maravilla del Mundo Moderno para convertirse en una pesadilla para los cientos de turistas—locales y extranjeros.
Machu Picchu no es solo una maravilla del mundo moderno o el principal destino turístico del Perú, es símbolo de nuestra identidad, origen e historia y el principal activo cultural, económico y social. Sin embargo, detrás de su majestuosidad se esconde una dolorosa realidad: el Estado-en todos sus niveles de gobierno- ha demostrado serias deficiencias para gestionar responsablemente el turismo masivo, conservar su entorno y garantizar su protección a largo plazo. Enfrenta amenazas reales y crecientes, como la mala gestión de ingresos turísticos, conflictos socioambientales, infraestructura deficiente, inseguridad ciudadana, riesgos por incendios forestales, deterioro ambiental, caos en el acceso vial y hasta vandalismo en sus estructuras arqueológicas.
Resulta urgente e impostergable que el Santuario Histórico de Machu Picchu sea incorporado a la lista de ActivosCríticos Nacionales, una categoría que permitirá al Poder Ejecutivo asumir directamente su vigilancia, conservación y gestión integral.
Por ello, en octubre del año pasado, presenté ante el Congreso de la República un proyecto de ley que declara de interés nacional dicha incorporación. Sin embargo, hasta la fecha, no ha sido dictaminado ni por la Comisión de Constitución ni por la de Defensa Nacional, a pesar de que el “ombligo del mundo” lo necesita con urgencia. Machu Picchu no puede seguir dependiendo de improvisaciones, populismo, conflictos jurisdiccionales, decisiones tardías oque los daños sean irreversibles como el documentado hundimiento de 15 cm por año.
Si bien esta declaración no otorga directamente el estatus, obliga al Ejecutivo a iniciar acciones para proteger el Santuario Histórico sin la improvisación y fragmentación de su administración que se viene normalizando. Aplicando mecanismos administrativos y legales concretos, como el monitoreo avanzado, planes de contingencia, gestión de riesgos, protocolos de seguridad y la articulación intersectorial en todos los niveles.
Además de proteger el patrimonio, esta iniciativa busca asegurar la sostenibilidad del motor económico del turismo, que según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, en 2025 alcanzó un máximo histórico de 23 mil millones de dólares (el 7.8% del PBI) y de los cientos de miles de empleos, emprendimientos y demás comercios que se generan alrededor.
Esta legislatura tiene el deber moral y patriótico de priorizar un dictamen consensuado que debe ser aprobado por unanimidad, no por razones políticas/electorales, sino por responsabilidad con la historia y el futuro. La aprobación de este proyecto de ley es más que una iniciativa legislativa: es un compromiso con el país y con las futuras generaciones, para que el legado más emblemático del Perú sea protegido como lo que verdaderamente es: un activo estratégico de la nación.
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