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Mahi-mahi del Pacífico: sostenibilidad y esperanza

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Fecha Publicación: 03/10/2025 - 21:45
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El perico, conocido internacionalmente como mahi-mahi, es uno de los tesoros marinos más importantes del Pacífico Oriental. Su pesca sostiene la economía de miles de familias de poblaciones costeras en países como Ecuador y Perú, que hoy se han convertido en referentes de un modelo que busca equilibrar la actividad pesquera con la conservación de los recursos capturados.
En la última década, el Perú ha dado pasos firmes hacia la sostenibilidad. Es el único país de la región que aplica un sistema de cuotas de captura, garantizando que las extracciones no superen los límites que la ciencia recomienda. Aunque los niveles de pesca fluctúan por factores ambientales como El Niño —llegando a récords históricos en un año y a niveles mínimos en otro—, este manejo preventivo asegura que la especie se mantenga saludable. Para la próxima temporada 2025–2026 ya se ha fijado una cuota de 62 mil toneladas, organizada en periodos y zonas, lo que muestra una visión de planificación a largo plazo.
Pero la sostenibilidad no se teje en soledad. Desde 2012, Perú y Ecuador han navegado juntos en un mar de cooperación científica que hoy inspira a la región. Juntos han avanzado en estudios genómicos que revelan la existencia de diferentes poblaciones de perico en el Pacífico, en proyectos de marcaje que muestran sus rutas migratorias y en evaluaciones binacionales de stock que se actualizan año a año. Todo ello fue posible gracias a la participación activa de pescadores y procesadores de la región, organizados en el Comité Regional de Productores de Mahi (COREMAHI), quienes aportan datos, muestras y experiencia en el mar.
Los frutos de este trabajo se reflejan en logros internacionales. En septiembre de 2025, la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) creó un Grupo de Trabajo específico sobre perico/mahi, un hito que reconoce la importancia del recurso y la voz de los pescadores artesanales. Por primera vez, un representante peruano del sector participó en la mesa de negociación, legitimando aún más los acuerdos. Este espacio permitirá ampliar la cooperación con otros países productores y discutir medidas de conservación para mitigar los impactos de la pesquería sobre especies protegidas.
Los mercados internacionales, especialmente Estados Unidos, exigen cada vez más productos que provengan de pesquerías sostenibles. El Perú avanza en esa ruta. Cumple con el principio fundamental del Marine Stewardship Council (MSC): mantener una población de perico estable. Además, ha desarrollado normativas para liberar especies protegidas y reducir impactos en el ecosistema. Falta aún consolidar un monitoreo integral y culminar la formalización de todas las embarcaciones, pero la estructura está erigida y firme como un faro que guía el camino.
Como bien dijo Kofi Annan: “Nuestra supervivencia y bienestar dependen de que logremos una gestión más sabia de los recursos naturales que sostienen la vida”. Hoy, el esfuerzo alrededor del perico demuestra que esta visión no solo es posible, sino que ya está en marcha en las aguas del Pacífico. El mensaje es claro: el viaje hacia la sostenibilidad del perico no es una promesa, sino una realidad que se construye cada día.
Gracias al esfuerzo conjunto de instituciones científicas, pescadores, procesadores y autoridades, el Perú y sus vecinos están sentando un precedente que puede inspirar a otras pesquerías en el mundo. Como escribió Ernest Hemingway en El viejo y el mar: “El mar es el mismo de siempre y sin embargo cada vez es nuevo”.
Cuidar al perico es reconocer esa renovación constante y apostar por un futuro donde el mar siga siendo fuente de vida y esperanza.

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