Mala nota, canciller Gervasi
No solo la situación interna –social, política, económica- del país atraviesa por una coyuntura gravísima, sino que la imagen exterior del Perú ha sido rebajada a niveles biafranos. Somos casi unos parias internacionales, después de haber ocupado la condición de país estrella durante dos décadas, tras la desaparición de la izquierda liderando los gobiernos; superado el multi billonario costo que ella dejó a nuestro Estado; y derrotado militarmente el sangriento terrorismo de sendero luminoso y mrta. Todo aquello nos permitió volver a tener crecimientos anuales del PBI por encima del 8% y reducir la enorme pobreza del 72 al 24%. NO así, desterrar la corrupción entre los gobernantes.
Luis Gonzales Posada, el ex Canciller de la República, viene levantando la voz, acá y en diferentes foros -y medios de prensa internacionales-, reclamando que el gobierno de Dina Boluarte esclarezca las cosas para devolverle aquella prestancia que, hasta hace pocos años, tuvo nuestra patria. Sin embargo Boluarte –como sucede en todo ámbito de cosas- guarda silencio y entierra la cabeza cual avestruz, enervando más la inestabilidad sociopolítica, lo cual favorece al extremismo alentando la toma de carreteras y ciudades por sujetos ligados a sendero luminoso; a la par que consintiendo que el país siga siendo pábulo del cotilleo infame por presidentes de países que se decían hermanos, hasta que, vencidos por la envidia –y a que hoy todos ellos están gobernados por comunistas o como se quiera llamarles- han armado un coro antiperuano que se aboca a difamarnos mañana, tarde y noche. Sucede en la OEA, por ejemplo, donde el ex Canciller Gonzales Posada denuncia la presencia de una campaña sistemática contra el Perú. Repasemos sino las recientes, firmes declaraciones de este peruano que, cada vez que pudo, honrara al país como embajador y como Canciller de la República: “Observo una insólita, flagrante violación al artículo 18 de la Carta de la OEA respecto a que un país no puede interferir en asuntos de nuestra nación. El propio secretario general de la OEA, Luis Almagro, no repara en que ocho países interfieren sistemáticamente en asuntos internos del Perú, además de azuzar la violencia interna en nuestra nación (..) También me parece infame que la OEA no convoque a una reunión urgente para tratar todas las agresiones de las que Perú es víctima, por parte de los presidentes de México, Argentina, Bolivia, Chile, Nicaragua, Colombia, desfigurando absolutamente la realidad a base de mentiras e interpretaciones retorcidas.”
Es evidente lo manifestado por Gonzales Posada. Tan cierto como cuando dice que “La cancillería permanece de brazos cruzados. Incluso no nombra a quien sucederá a Harold Forsyth, renunciado ex representante ante la OEA; como tampoco al nuevo representante ante la ONU. Asimismo, solicité a Torre Tagle que designe misiones integradas por diplomáticos, políticos y periodistas para que expliquen, en diversos países, lo que en verdad ha sucedido en el Perú. Porque la narrativa izquierdista insiste en que acá hubo un golpe del Congreso para vacar a Castillo ‘por ser serrano y profesor’.” Mala nota, canciller Gervasi.
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