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Marcelo

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Fecha Publicación: 11/11/2020 - 20:30
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El día ocho de los corrientes, cumpliste un año que no estás con nosotros en esta vida terrena, pero siempre estás presente en nuestros corazones, pensamientos, siempre aparece en la mente esa carita inocente, sonriente y vivaracha, que me iluminan cada día y te asocio cuando veo un niño que se parece a ti.

Dicen por ahí que cuando el ser humano se va a mejor vida con el transcurrir del tiempo las personas se olvidan, eso será para las personas que no han dejado nada en la vida, pero tú eres diferente, has quedado tatuado en mi mundo interior como si estuvieses presente, me das las fuerzas espirituales para seguir ayudando anónimamente a personas que necesitan una palabra de aliento para seguir adelante y que no te lo solicitan pero la expresión de su rostro te dice mucho, el lenguaje gestual prácticamente constituye el setenta por ciento de lo que siente y desea expresar la persona.

Te cuento que existen algunas personas que son muy demandantes, que han solicitado muchas cosas y no las han aprovechado en su beneficio y andan quejándose y no hacen nada por superar los obstáculos de la vida quedándose anclados en su dependencia.

Me imagino cómo serías con el desarrollo del tiempo, un niño despierto, conversador, imaginativo, seguramente te gustaría la actuación como tu mamá, participando en la escuela como tu mami lo hizo en varias oportunidades y muy bien. Seguramente, te gustaría el fútbol como tu bisabuelo Chichi y tu tío abuelo Martín u otro deporte porque lo llevarías en los genes por la familia materna y paterna.

Siendo adolescente, te visualizo como una persona que le gustaría preguntar frente a las dudas que te invadirían, la comunicación sería abierta, fluida y sobre todo constructiva para que vaya moldeando tu personalidad hasta llegar a ser un joven, que seguramente escogerías una profesión de letras, porque tu bisabuelo, abuelo, tíos, de parte de madre y padre son abogados y ellos solos decidieron estudiar leyes. Eso sí te digo, que no te faltarían libros para estudiar ni la práctica para aprender.

Sigo contándote que cuando llegue al cuarto y quinto grado de secundaria tu abuelo siempre quiso ser abogado, nunca tu bisabuelo Nicanor, me dijo estudia para abogado, recuerdo que desde estudiante de colegio ayudaba a mi padre llevando los escritos de los clientes del estudio al secretario judicial; y en la casa siempre se hablaba sobre temas de derecho, tu bisabuelo me llevaba a los juzgados, tribunales, a escuchar sus informes orales. Recuerdo mucho que un día me llevó al Establecimiento Penal del Sexto, en el centro de Lima, a visitar a un cliente y el llamador de los internos gritaba en alta voz, visita de abogado y el interno salía por su nombre de la celda.

Pienso, mi amado nieto, que si hubieras concluido los estudios escolares estudiarías para ser algo en la vida por el ejemplo que hubieses tenido, estarías unido a tus padres que te amarían mucho y te apoyarían emocionalmente. Yo no sé si para ese entonces estaría vivo, creo que no, más bien estaría más cerca de ti en el lugar donde te encuentres.

Por tu mamá Carla y tío Luigi, todos los días le pido al hacedor del universo que derrame muchas bendiciones, los proteja, los guíe por el sendero del bien y se realicen como seres humanos.

Marcelo, me despido no con un adiós sino un hasta luego, que en paz descanses y que de Dios goces, amén, con mucho amor, tu abuelo Luis.