Martín Vizcarra terminará mal
El actual jefe de Estado es un usurpador. Terminará mal y según la frase usada en el siglo XVII ha sido recibido bajo arcos y será despedido con flechas. Desde 1895 con Nicolás de Piérola hasta hoy no ha habido una disolución manu militari del Congreso. La excepción es Alberto Fujimori. El Presidente de la República está facultado para disolver el Parlamento, es verdad, cuando ha negado o retirado su confianza a dos Consejos de Ministros, tal como lo dice el artículo 134 de la magna lex. Como esta ilusión durará poco, aunque parezca mentira, Martín Vizcarra terminará, por lo menos, en el exilio.
En toda Latinoamérica de hoy los gobiernos son democráticos y no se atreverían a clausurar su Parlamento. Eso era propio del siglo XIX, con militaristas y secuaces. Así fue en el Perú; por eso Fujimori está en la cárcel hace varios lustros y mendiga hoy día su libertad. Ni Piérola, ni Candamo, tampoco Romaña, ni Billinghurst, ni Leguía en sus dos gobiernos, uno de cuatro años y otro de once (los cito sólo como ejemplo), se hubieran atrevido a semejante medida despótica. Sin embargo, Leguía terminó en la cárcel luego de once años de gobierno. Ya veremos cómo dentro de algunos meses estará el actual tirano encadenado por la opinión pública. Para sus maniobras totalitarias ha invocado la Constitución. ¿pero puede invocarla? No.
El artículo 134 como dijimos arriba dice: el Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso, si este ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros. Y eso no ha sucedido. Ningún Consejo ha sido vetado. Un Decreto de disolución debe contener los considerandos que en este caso no existen. Cuando se promulgan debidamente, contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso. Dichas elecciones se realizan dentro de los cuatro meses de la fecha de disolución, sin que pueda alterarse el sistema electoral preexistente.
No puede disolverse el Congreso en el último año de su mandato. Paralizado que sea el Congreso, se mantiene en funciones la Comisión Permanente, la cual no puede ser suspendida. No hay otras formas de anular el mandato parlamentario. Y si se expide bajo estado de sitio, el Congreso no puede ser clausurado. Tome nota de todo esto el Presidente extraconstitucional de hoy.
