ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Masonería: el estudio de la perfección interior

Imagen
Fecha Publicación: 09/07/2025 - 21:50
Escucha esta nota

A lo largo de la historia, pocas instituciones han despertado tanta curiosidad, admiración y, a veces, incomprensión como la masonería. Pero, más allá de los mitos, esta antigua orden ha sido, y sigue siendo, una escuela de valores universales. Libertad, igualdad y fraternidad no son solo palabras grabadas en los muros simbólicos de los templos masónicos: son principios vivos que orientan la conducta de sus miembros.
Hablar de masonería es remontarse a los constructores de catedrales, a los artífices del Templo de Salomón y a las enseñanzas filosóficas y morales que —envueltas en símbolos— han sido transmitidas durante siglos. Pero también es hablar de los ideales que inspiraron la independencia de Estados Unidos, la emancipación de América Latina y la lucha silenciosa y constante por la superación del ser humano.
La francmasonería ha sido definida como un sistema peculiar de moralidad, velado por alegorías e ilustrado por símbolos. Para otros, es el estudio práctico de las virtudes a través del perfeccionamiento interior. En ambos casos, se trata de un camino de crecimiento personal y compromiso con el bienestar colectivo.
En el Perú, la masonería tiene presencia histórica desde 1816 y se constituyó orgánicamente en 1882 con la creación de la Gran Logia del Perú, que hoy reúne a más de 230 logias regulares en todo el país. Esta institución trabaja por “el perfeccionamiento moral de sus adeptos y la formación de una conciencia universal de solidaridad y fraternidad entre los hombres”.
La riqueza espiritual de la Orden se manifiesta también en su diversidad ritual. Según el estudioso jesuita José Antonio Ferrer Benimeli, existen más de 150 ritos masónicos. En el Perú, se practican principalmente el Rito de York (anglosajón) y el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (de raíz francesa), así como el Rito Escocés Rectificado y el Rito Estándar Escocés, ambos de profundas raíces cristianas y europeas.
Para ser admitido en la masonería, se requiere ser un hombre libre de prejuicios, de buenas costumbres, creyente en un principio creador y en la inmortalidad del alma. La admisión se realiza siempre por invitación de un hermano masón, tras un proceso que valora la integridad del postulante.
La masonería no es una religión, ni un partido político, ni una secta secreta. Es una institución discreta, filosófica y humanista, dedicada a formar mejores personas para una sociedad más justa.
En las próximas entregas, exploraremos su historia, su simbología y el legado de grandes masones peruanos.

Por Carlos Antonio Tejeda Rojas

Gran Maestro de la Gran Logia del Perú

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.