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Me quedo en casa, sí, pero …

Fecha Publicación: 23/03/2020 - 21:50
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En mi columna del 9 de marzo, hice referencia a la ineficiencia que venía demostrando el gobierno de M. Vizcarra y sobre todo la ministra a cargo del sector Salud.

Insisto en el tema, pese a los consejos de buenos amigos que me dicen que no cabe en estos momentos “criticar” al Gobierno. Al respecto diré que creo que quien busca y logra un cargo público de poder, y es además bien remunerado por ello, está obligado a ser eficiente y aceptar ser exigido en el cumplimiento de sus deberes funcionales, más aún si estos consisten en manejar el dinero del Estado y tener a cargo la dirección y gestión de los servicios públicos, sobre todo en momentos de crisis.

Ya a fines de enero del año en curso, la Organización Mundial de la Salud, de la cual el Perú es parte, había alertado a todos sus miembros del riesgo de propagación mundial del coronavirus Covid-19. Sin embargo, el Gobierno esperó un mes y medio para, recién al enterarse de que ya había infectados aquí, aprobar el 15 de marzo el Decreto Supremo N° 010-2020-SA conteniendo el Plan de Acción y la relación de bienes y servicios requeridos para enfrentar la Emergencia Sanitaria a nivel nacional por 90 días, que había sido declarada 4 días antes con el Decreto Supremo N° 008-2020-SA.

Entre la alerta de fines de enero y el Plan de mediados de marzo, pese a desastres naturales y la también epidemia del dengue que ha cobrado decenas de víctimas mortales, M. Vizcarra se daba el lujo de perder medio día laboral asistiendo, el 28 de febrero, a la entrega de credenciales a los congresistas electos. La sesión fue pródiga en besos, abrazos y fotos, que obviamente ahorré en lo que pude sin faltar a la urbanidad, pero que iban en sentido contrario al aislamiento social útil para prevenir el contagio del virus.

Como resultado de la inacción, hoy día no han llegado aún las suficientes pruebas de descarte ni, peor aún, los elementos básicos de protección para el personal de salud que ya está en primera línea frente al virus agresor. Hoy tenemos una víctima mortal entre esos profesionales.

Eso sí, abundan encuestas, troles, artistitas aficionados y opinólogos rentados por el Gobierno que ya piden Vizcarra hasta el 2026, lo bautizan como “el presidente para las crisis” y hasta lo elevan a la altura de Dios.

A quedarse en casa, pero sin permitir el contagio del ayayerismo, ¡paralizante peste!