Megapuerto Chancay, sin vías de transporte carretero
¡Nuevamente, el Estado peruano destaca por su ineptitud! Pone en riesgo la inauguración de un activo público de relevancia latinoamericana: el primer megapuerto para barcos de gigantescas dimensiones que, por el momento, zarparán del continente asiático cruzando el Pacífico -y viceversa- hasta arribar a Chancay; de donde zarparán a su puerto de origen, y así sucesivamente. Hablamos del gigantesco puerto Chancay construido por un consorcio sino-peruano. Estratégica infraestructura que será inaugurada durante la realización del Foro de Cooperación del Asia-Pacifico APEC, cuando este año se reúna en Lima el cuarto trimestre del año con la posible asistencia de Xi Jinping, presidente del gigante asiático. El Consorcio Cosco-Volcán ha cumplido con la construcción de esta trascendental obra, en tiempo más corto que el previsto. Incluso con terrenos colaterales para atender previsibles expansiones. El puerto se ubica en la costa de la ciudad de Chancay. Consecuentemente, corresponde a las autoridades locales y regionales proveerlo de suficientes/adecuadas vías de acceso y salida hacia y desde la Panamericana Norte, sin que obstaculicen el desarrollo normal de las actividades de los pobladores de la zona. Pero todavía existen más trabajos pendientes, que el Estado ha desatendido desde que viene desarrollándose la construcción del megapuerto Chancay. Se trata del estratégico empalme de la entrada y/o salida -hacia y desde Chancay- con la Carretera Panamericana Norte, arteria que -el gobierno presume- bastará para distribuirle, en ambos sentidos, la abundante carga que arribará y/o zaprará por/desde este puerto.
¡Aquí empieza Cristo a padecer! La carretera Panamericana Norte es, ahora, una avenida colapsada por su colosal tráfico híbrido de automóviles, microbuses, mega buses, grandes trailers, etc. Lo que frustra cualquier intento por incorporarle el fantasmagórico volumen de carga que será necesario adicionarle a esta carretera, entre Chancay/Lima/Callao; y/o entre Lima/Callao/Chancay. En esta columna hemos sido persistentes impulsores de que el Estado reactive la línea férrea que, hasta los años ochenta, existiera entre Lima/Ancón/, Huacho y Pativilca. Pero, ¿acaso el ministro de Transportes, Raúl Pérez Reyes, siquiera ha explorado esta posibilidad? Su mutismo es muy revelador. ¡O no entiende de la materia o no sabe qué hacer! ¡O sencillamente le importa un caracol este descomunal problema que podría, inclusive, traerse abajo que el Perú sea el primer país de la Región con un megapuerto de esta característica! La cosa es que el Estado peruano, representado por el ministerio de Transportes -gestionado por el ministro Pérez Reyes, quien hasta ayer no solo no ha hecho honor a su apellido- no puede cruzarse de brazos. Porque alucinar que la Panamericana Norte pudiese absorber el inmenso volumen de carga adicional que aquello representará es una reverenda estupidez. Por decir lo menos.
Esperamos que el ministro -quien lidera un ministerio estratégico- explique si es o no viable reconstruir el tramo ferrocarrilero Lima-Huacho-Pativilca y ponerlo en valor; como posible alternativa a la imposibilidad de usar la Panamericana Norte para atender la demanda de transporte de más carga de ida y regreso, que desatará el funcionamiento del megapuerto de Chancay.
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