Mejorando la eficiencia con el transporte ferroviario: “Evitando deseconomías”
Hablar de ahorros en el contexto de la pobreza es una falacia que los políticos y los gobiernos de turno utilizan de manera superficial, afectando desproporcionadamente a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Esta narrativa ignora las realidades económicas de quienes luchan por cubrir sus necesidades básicas, convirtiendo el discurso en un acto de desconexión y falta de empatía.
Los residentes de las zonas periféricas de Lima, como los distritos emergentes, enfrentan un desafío significativo con los medios de transporte que tienen a su alcance. Durante las horas punta, los buses viajan a una velocidad promedio de 19 km/h (Fuente: ATU); dado que estas personas recorren distancias de aproximadamente 40 km entre su vivienda y su centro laboral, el tiempo total de viaje puede superar las 2 horas de ida y 2 horas de vuelta.
En términos prácticos, la falta de fluidez vehicular provoca la pérdida del 50% del tiempo laboral, lo que, traducido en términos monetarios, representa una suma significativa que afecta directamente los bolsillos ya debilitados de nuestros conciudadanos.
Para abordar la situación caótica del transporte en todo el país, es crucial implementar y ejecutar una red de ferrocarriles en las principales urbes, regiones y a nivel nacional. Esto permitiría reducir las deseconomías asociadas con los largos tiempos de viaje, especialmente para los más necesitados. Al optimizar el tiempo de traslado, los residentes podrían dedicar más tiempo a actividades productivas y de desarrollo personal y familiar, como realizar trabajos en el hogar, estudiar un oficio, participar en la educación de sus hijos o realizar trabajos extras. Esta mejora en la eficiencia del transporte se traduciría en beneficios económicos tangibles, elevando la calidad de vida de todas las familias y contribuyendo al bienestar general de nuestra patria.
Según fuente del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y otros estudios, Lima cuenta con una población laboral de alrededor de 6 millones de personas, el 60% de la población total de Lima. Según estudios de movilidad y tráfico en Lima, se estiman que moderadamente no menos del 40% de los trabajadores experimentan problemas de tráfico; es decir, 2.4 millones de personas, de estas, la mitad viven muy alejadas, 1.2 millones.
Finalmente, con estas cifras, podemos calcular que, si un trabajador pierde 4,500 soles al año, el impacto total solo para los 1.2 millones de personas afectadas en las zonas más apartadas asciende a 5,400 millones de soles, equivalentes a casi 1,500 millones de dólares anuales solo en Lima. Esta suma sería suficiente para construir 75 kilómetros de trenes de alta velocidad cada año, una distancia comparable a la de Lima a Mala por el sur o a algunas localidades de Huaral por el norte o Huarochirí por el centro del país.
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