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Mejoremos el Congreso

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Fecha Publicación: 18/05/2020 - 19:50
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En nuestra Constitución se establece que existen tres poderes en el Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, pero últimamente observamos varias discrepancias. En el Judicial, hay varias entidades que operan independientemente, el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional, entre otros, y por lo tanto su operatividad es lenta e ineficiente. Y en el caso del Ejecutivo y el Legislativo se aprecian interferencias, ya sea por la agresividad del Ejecutivo o por la lentitud del Legislativo, en realizar las reformas necesarias, para que nuestro país pueda avanzar hacia el progreso.
Esta situación conllevó a cerrar el Congreso, hecho que como fue consolidado por el Tribunal Constitucional, ha creado inseguridad en su normal funcionamiento. En ese sentido, la eficiencia de esta institución ha disminuido considerablemente, sumándose el hecho que gran parte de los ciudadanos han perdido el interés de participar en los procesos electorales.

En lo que se refiere al actual Congreso y a pesar de mi respeto hacia la institución y a sus representantes elegidos democráticamente, estimo que su accionar y resultados después de tres meses, es sumamente preocupante. Sus planteamientos y aprobación de sus primeras leyes tienen un enfoque netamente populista y un alto desconocimiento de la importancia y funcionamiento de las AFP, y de las inversiones que se realizan por el sistema de las concesiones (peajes y otros) que promueven y mejoran nuestra débil infraestructura.

Estos ejemplos y los que estarían por aprobar, como el cambio de nuestra Constitución y promover en época de crisis, más impuestos nos estarían confirmando que será muy difícil consolidar las reformas necesarias para que nuestro país continúe con un aceptable crecimiento que nos permita promover más trabajo, reducir los índices de pobreza, encaminados a tener un mejor servicio de salud, educación, seguridad, infraestructura y más.

Con la serie de experiencias negativas que hemos tenido con el funcionamiento de los congresos en los últimos años es necesario que su estructura de composición sea modificada. Últimamente se ha logrado una participación diferente en género, pero esto no es suficiente; es imprescindible que un porcentaje apreciable de profesionales capacitados y con experiencia, estén presentes en una nueva composición congresal o el retorno de la bicameralidad.

Estos cambios no se han producido, al sostenerse como argumento que para elegir a un congresista no deben existir discriminaciones y, por lo tanto, ciudadanos con una mínima educación pueden presentarse y ganar asientos congresales, pero contradictoriamente ellos exigen que los profesores, funcionarios, directores del Estado y demás sí tengan una profesión y, en algunos casos, maestría.

Estos cambios y otros esperemos lograrlos, de lo contrario, este y los próximos congresos en lugar de apoyar que nuestro país se enrumbe a superar sus problemas, serán instituciones generadoras de pobreza, desorden, desigualdad, y podrían producir más inconvenientes que la pandemia.

Arturo Woodman P.