Memorias post mortem
Como tengo 88 años estoy preparando mis Memorias. Adelante. Nací el 5 de enero de 1932. Piérola era también del 5 de enero. Los dos somos Demócratas. A los cinco años de edad dejé a mis padres por no soportar sus conflictos y me fui a vivir con mis abuelos maternos Max González Olaechea, civilista, cinco veces Decano de la Facultad de Medicina y mi abuela Hortensia Olaechea Olaechea, rica terrateniente iqueña, pierolista, Demócrata por familia.
Yo ingresé sucesivamente al colegio de La Inmaculada y desde tercero de primaria a la Recoleta. Sentía la voz del aprismo por la correría de los compañeros en el centro de la ciudad repartiendo octavillas apristas subversivas. Allá en la Recoleta se acentuó doctrinariamente mi aprismo y mi hayismo.
Mi posición aprista se profundizó al acudir como profesor de Historia en la secundaria el Doctor Alfonso Benavides Correa, uno de los pioneros del petróleo para el Perú. Se radicalizó mi aprismo adolescente. Al salir del colegio ingresé en primer puesto para estudiar Letras en la Universidad Católica. Allí sin descuidar los estudios organicé una célula aprista que estudiaba doctrina y salía a las plazuelas a una labor de agit-prop, todo eso se perfeccionó cuando Ramiro Prialé salió de la cárcel. Empecé a tratarlo en su casa de Mariscal Luzuriaga y el 26 de enero de 1956 tuve un papel protagónico en el Callao. Se celebraba un mitin de la Coalición Nacional jefaturada por el oligarca Pedro Roselló. Agitaba yo con un grupo consignas antiderechistas sin mencionar la palabra Apra. Roselló se encrespó y reconociéndome dijo “señor Valle-Riestra está usted interrumpiendo, si tiene algo que decir suba a la tribuna”.
Creyó que me iba a asustar; subí y dirigiéndome a la multitud dije: “Conciudadanos: yo pertenezco a un partido proscrito” Roselló y comparsa oligárquica, entre ellos Manongo Mujica, comenzaron a vociferar “es aprista”. Concluyó mi arenga en que pedí legalidad para el aprismo, la masa se marchó conmigo, dejando solos a los señorones. Yo seguí en mis tareas de agitador, dirigido por Prialé. Hubo elecciones, ganó Prado y la ultraderecha pretendió sin éxito anular los comicios. Una mañana se presentaron en mi casa, unos gorilas de la policía y me llevaron detenido al panóptico donde estaban ya Ramiro, Mujica y otros compañeros.
A los quince días salimos todos libres, pero yo seguí en mi lucha y con los años fui por el Apra dos veces Concejal, una Constituyente, una Diputado, dos veces Senador y Congresista.