Mi espejo

Por Zu Ghersi

¿Qué es lo que observas cada vez que te miras al espejo? ¡Cuántas veces en tu vida se vuelve a repetir la misma situación! El mismo sufrimiento, relaciones tóxicas, continuos rechazos, desengaños, abandonos los cuales no queremos volver a pasar, estoy segura que quieres preguntarme: ¿Por qué pasa esto?

La ley del espejo afirma: “El mundo exterior actúa como un espejo, reflejando tanto nuestra luz como nuestra sombra, siendo un retrato de nuestro mundo interior”.
¿Alguna vez te ha pasado que te ha molestado enormemente la forma de actuar de otra persona?

Esta ley lo que pretende principalmente es que a través de observarnos a nosotros mismos y ver lo que nos molesta, obtengamos más autoconciencia, proporcionándonos así una “guía” poderosa.

Si alguien nos despierta emociones desagradables, aunque no lo sepamos, probablemente, es porque de algún modo refleja algo de nosotros mismos que no queremos ver y tenemos que trabajar en ello, dándole espacio para permitirlo, sanarlo, o liberarlo.

No obstante, los problemas solo se solucionan de raíz si modificamos nuestro estado interno, porque si esperamos que cambien los demás y las situaciones que nos envuelven, nunca nos sentiremos satisfechos.

Lo conseguiremos gracias a: descubrir nuestras sombras, haciendo consciente lo inconsciente, a través del autoconocimiento personal, encontrando el equilibrio y alcanzando más momentos de calma y serenidad.

Al hacerlo plenamente, nos damos cuenta que no tenemos por qué sentirnos constantemente víctimas de nuestras circunstancias. En gran medida, en nuestras manos está cambiar la realidad, adquiriendo la responsabilidad por nosotros, y brindándonos la oportunidad para actuar y dejar de sentirnos indefensos y desprotegidos ante el resto del mundo.

La realidad es una pantalla el cual nos reflejamos, lo que te molesta del otro es lo que hay dentro de ti, empieza a ver las piedras con las que te tropiezas para que reconozcas y sanes de tu interior.

Nuestra sombra nos lleva a profundizar en el trabajo interno de sanar nuestra infancia, quizás el abandono de alguno de nuestros padres, alguna indiferencia o falta de cariño, se reflejan en las relaciones actuales. Así es, “La pepita de oro”, la carencia que sufrimos desde el inicio de nuestra mente, emociones, de nuestra conexión con el mundo es desde este momento si hoy no quieres volver a encontrar rechazo, abandono, relaciones no saludables, pues nuestro espejo nos insta a liberarnos de una vez, ¡y PERDONAR!

¡Espero que a través de esta lectura pueda animarte a tener otra perspectiva de las circunstancias de sufrimiento o aversión, hay una ventana a descubrirte y a abrazar nuestras sombras!

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