Mineros ilegales y sicariato político subcontratado
A la fecha los grupos y redes de minería ilegal han estado apostando centralmente a tácticas violentas con motivaciones económicas. Pero, ¿qué pasa si deciden recurrir al sicariato con fines políticos (uno de los tipos que también calza dentro del mineterrorismo) sobre todo en contextos de competencia electoral nacional y subnacional? Un escenario que, como señalamos de tiempo atrás, puede replicar de forma creciente la violenta dinámica ecuatoriana (que incluye el narcoterrorismo o la narcopolítica) en suelo peruano.
El 29 de noviembre de 2023 fue asesinado en Huimbayoc (San Martín) el líder nativo kichwa Quinto Inuma quien denunciaba a traficantes de madera, de tierras y a narcos. Los datos indican que con él iban a esa fecha 27 dirigentes indígenas y defensores ambientales asesinados desde el 2013 en territorio amazónico. El 2 de diciembre del mismo año murieron 10 trabajadores de la mina Poderosa en Pataz (La Libertad) al ser atacados con explosivos por sicarios ("pistoleros") vinculados a mineros ilegales.
Como vemos estos grupos criminales en zonas urbanas y rurales (y hasta de alcance transnacional) operan sin ningún escrúpulo y hasta vía asesinatos selectivos persiguiendo fines de lucro. Por su parte los extremistas políticos (terroristas) accionaron recalentando los conflictos sociales luego de la salida de Pedro Castillo en 2022 descarrilando protestas (con los ataques incendiarios en primer plano), ejecutando violencia y amenazas de violencia. Ambas dinámicas, la delictiva económica y la extremista política, se dan vía dos tipos de violencia: la violencia criminal y la violencia política.
Anotamos en este espacio (ver: "Los Sicarios se suman a los conflictos mineros". M. Lagos. 12/6/2022) cómo desde hace ocho años la inteligencia policíal permitió ir considerando un factor potencialmente protagonista en las tensiones en torno a la actividad minera: el sicariato o asesinato por encargo. En 2015, por ejemplo, sicarios de la banda "Los Pativilcanos" asesinaron en Huarmey (Ancash) a un minero informal en un "acto de venganza por un conflicto minero". En 2021 se atrapó en viaje de Arequipa a Lima a una docena de individuos fuertemente armados que daban protección a mineros ilegales. Hay más en el registro, incluyendo la matanza de 15 personas perpetrada por sicarios en Atico (Arequipa) en 2022.
Los intentos de asesinatos por encargo y de signos políticos no han faltado. En 2021 la Dircote (PNP) detuvo a un sicario de 19 años en Satipo (Junín). El sujeto tenía la misión de atentar en Lima -y posiblemente reclutar apoyo para ello- por orden de los remanentes de Sendero Luminoso del VRAEM, contra dos analistas civiles de seguridad, un periodista y un testigo clave de un proceso activo de investigación judicial que involucra a miembros prominentes del anterior desgobierno de Castillo.
Hay que repetir la pregunta: ¿Cuál es el escenarios de riesgo mayor? A medida que los grupos criminalizados se expandan vía las economías delictivas, pueden introducirse de lleno en el juego político violento y el sicariato subcontratado para consolidar espacios y dineros ilícitos. El contexto empeora cuando las estructuras criminales y las estructuras extremistas políticas van superponiéndose en sus medios y objetivos (como de cierta forma ha sucedido en Ecuador con los ataques mortales contra candidatos y políticos).
