M...maricón
Con esta obra de teatro, Gabriel Cárdenas, precisando que él es naturalmente homosexual, hace públicos los aprietos que tiene relacionados con el género y la religión. Para tratar el tema, Gabriel Cárdenas se refiere, con irrespeto, a la Virgen María, sin importarle que, para los cristianos, fue la madre de Cristo. Con torpeza, falta el respeto a quienes se definen católicos, como lo hace la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Personalmente, creo que esa universidad no debe llevar los nombres de pontificia ni católica, porque no puede públicamente vincularse con quienes, como Gabriel Cárdenas, irrespetan al catolicismo y a su autoridad terrenal. Dicho sea de paso, yo obtuve mi título de ingeniero agrónomo en la Facultad de Agronomía de la PUCP.
La ideología de sexo en los seres humanos descansa sobre el hecho de que ni el hombre es mejor que la mujer ni la mujer mejor que el hombre, pero son diferentes porque la naturaleza les ha dado códigos diferentes para realizar funciones también diferentes, pero igualmente importantes.
Quienes poseen el sexo biológico masculino tienen los mismos derechos y merecen igual respeto que aquellas que lo tienen femenino. Tampoco existe duda alguna de que quienes sienten tener un “género” diferente al masculino y al femenino merecen el mismo respeto que todos los demás seres humanos.
Creo que a los homosexuales no se les puede discriminar; sin embargo, me sentiría incómodo si una pareja homosexual, que he invitado a mi casa, actúa con las normas que algunos homosexuales utilizan entre ellos.
El sexo biológico contiene dos géneros: el femenino y el masculino. El sexo gramatical tiene tres: el masculino, el femenino y el neutro.
No discriminar por razones de género es buscar que las leyes y normas que nos gobiernan den los mismos derechos a todos (heterosexuales y homosexuales); pero, además, deben existir códigos que comprometan solo a los heterosexuales que comparten lecho a proteger a los seres humanos que pueden generar al compartir lecho. Decimos solo a los heterosexuales porque los homosexuales que comparten lecho no originan otro ser humano.
Los compromisos que asumen los heterosexuales para vivir en pareja no pueden llevar el mismo nombre (matrimonio) que los compromisos que asumen los homosexuales para vivir en pareja, porque los primeros pueden procrear y los homosexuales no.
Los dos instintos más importantes del ser humano son la supervivencia y la reproducción (el sexo no es un instinto, sino un estímulo al instinto de reproducción). El sexo en los homosexuales es solo un placer porque no estimula la reproducción.
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