Momento de una deuda saludable
Mi padre es un empresario con poco más de 60 años, odontólogo y administrador de profesión, miembro de una numerosa familia con nada menos que 12 hermanos (de padre y madre) e innumerables primos y sobrinos. Su visión de la vida siempre ha sido muy familiar y cuando se trata de negocios, tenía premisas muy establecidas: no importa si pierdes, siempre actúa con ética, siempre busca que el presente año sea mejor que el anterior y construye todo lo que quieras sin deberle un sol a nadie.
Estas premisas lo guiaron a lo largo de toda su vida empresarial, lo sé porque en diferentes circunstancias siempre me las repetía, ya sea como cierre de una anécdota o aprendizaje de alguna situación que le tocó superar.
Mi padre siempre ha sido y será mi ejemplo a seguir, creo que superó con éxito todos los desafíos que se le presentaron durante su vida empresarial, pero tal vez una de sus premisas hubiese sido distinta si en su época no se hubiese satanizado el concepto de deuda; inclusive al día de hoy sigue teniendo una connotación negativa, cuando debería ser todo lo contrario.
El endeudamiento es una práctica muy saludable cuando se tiene claro que el objetivo debe ser crecer y no tapar otras deudas y cuando estamos en la capacidad de cumplir el compromiso asumido. Yendo a ejemplos sencillos, cuando tenemos la oportunidad de atender un pedido importante pero para ello debemos hacer algunas compras, si no tenemos el capital, podemos endeudarnos porque el ingreso estaría asegurado. Otra situación de endeudamiento saludable es cuando al hacer el planeamiento de ingresos de nuestro negocio, vemos que con esfuerzo medio podemos lograr un buen retorno, en ese caso podemos endeudarnos para aumentar nuestra capacidad de operación.
En una situación donde nuestro flujo de caja se ha visto muy afectado, donde la demanda casi ha desaparecido y aún no hay un panorama claro de cómo se presentarán las cosas, nos enfrentamos a la situación de decirle al mercado “me quedo” o “me marcharé”... ¿nos endeudamos para quedarnos? ... aquí no hay una sóla respuesta válida, depende básicamente de 3 evaluaciones a realizar: ¿qué tan fidelizada está nuestra clientela?, ¿hemos evaluado cambios sustanciales en nuestro negocio considerando la mentalidad de nuestros clientes post cuarentena?, y finalmente, ¿tenemos otros mecanismos de responder ante el endeudamiento aparte de los resultados esperados de nuestro negocio? Las respuestas las tienen ustedes, pero es importante saber que el endeudamiento para crecer o sobrellevar situaciones complicadas, es muy saludable para nuestros negocios, sólo hay que evaluar correctamente cómo tomarlo.
¡Buena semana para todos!