Muerto el perro (el gobierno de P. Castillo) se acaba la rabia (el caos y corrupción)
Escribo este artículo mientras se especula que cae el gabinete presidido por Mirtha Vásquez, ex (¿aún actual?) brazo derecho del ex cura Arana y antiminera, marxista y pro aborto. Tal sería la salida al bache –uno de tantos en seis meses– generado por la renuncia de Avelino Guillén al cargo de ministro del Interior luego de sostenido y público enfrentamiento con el general en activo de la Policía Nacional del Perú que fuera designado para dirigirla en setiembre de 2021.
Rara, y hasta ahora nefasta, coincidencia para la institución policial que protagonistas del problema sean, además del general, dos ex fiscales metidos a ministros de un sector cuya función principal tiene que ver con una importante y compleja institución como la Policía Nacional y que ambos no logren siquiera mantenerse en el cargo tres meses. El ex fiscal Carrasco, hoy a cargo del Ministerio de Defensa, otro sector importante, designó al director general de la Policía Nacional, teniendo como antecedente el descabezamiento de 18 oficiales generales perpetrado en noviembre por Sagasti, cuando ejercía como encargado del despacho presidencial de la República.
A estas alturas y luego de las tres entrevistas, mejor sería decir, luego de una entrevista como debe ser a cargo de un periodista mexicano y dos vergonzosos encuentros con personajes que hace tiempo perdieron toda conexión con un ejercicio respetable del periodismo, queda claro, por boca del mismo P. Castillo, que es persona no apta para el cargo que asumió el 28 de julio pasado, que tiene eso sí una gran capacidad para mentir, entrar en contradicciones y pretender engañar.
Peor aún, ha quedado claro que tiene una agenda nociva para el país, no solo por su probada vinculación con organizaciones vinculadas a Sendero Luminoso (como Movadef, Conare, Fenatep), su preferencia en rodearse por personajes proclives a usar el cargo para corruptelas y que es apenas un peón del tablero de ajedrez que pretende manejar con trampa Evo Morales en representación del Foro de Sao Paulo, y que hasta se atreve a admitir que está dispuesto a regalar territorio peruano a Bolivia, para congraciarse con quien parece ser su amo y auspiciador desde hace varios años.
Esperar que Castillo y su pretendida reemplazante D. Boluarte abandonen esa agenda tóxica y se mantengan en el cargo, sería traicionar a la Patria exponiéndola a graves males. La Constitución pone en manos del Congreso de la República la posibilidad de convocatoria a nuevas e inmediatas elecciones presidenciales.
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