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Mujer muerta durante visita al penal y ninguna cabeza rueda

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Fecha Publicación: 14/12/2024 - 22:40
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¡De terror! Pensamos que lo hemos visto todo, que hemos superado lo indecible en materia de crueldad e insanía en asesinatos y feminicidios, pero lamentablemente la realidad nos demuestra que la excepción es hoy regla, que la criminalidad y la violencia machista no es más lo extraordinario, sino lo cotidiano y que de los “ayes” no pasamos, que los ofrecimientos de una “lucha frontal contra la violencia a la mujer” no lo cree nadie, que dicho de los labios de las actuales autoridades, se toman como quien oye llover.
El caso de Sheila Condori, asesinada y descuartizada en Comas a manos del efectivo policial Darwin Condori, y aún por descartarse si actuó solo, dado los antecedentes del victimario (violador en manada) y la protección que habría recibido de sus pares, que se negaron a asentar la denuncia en su contra por desaparición y le habrían dado aviso de que lo estaban buscando y, en el colmo de la rebeldía, sabiéndose impunes, se zurran en el requerimiento de la fiscalía de entregar sus celulares para los efectos de la investigación. ¿Hasta cuándo los operadores de justicia actuarán con mano dura? Hay una madre conmovida hasta las entrañas que espera la verdad y una justicia lo suficientemente drástica para empezar a sanar su duelo.
Hay cientos de casos, así o más sanguinarios, pero los que más causan indignación y son repelidos por la ciudadanía son los que se presentan en el contexto de una policía indiferente, indolente, como el caso de la niña de 12 años hallada muerta en Villa María del Triunfo, violada y asesinada por Gerson Juárez, que la interceptó en la calle en horas de la madrugada. Los padres de la víctima denuncian que no recibieron auxilio en la comisaría cuando se acercaron a denunciar la desaparición, viéndose obligados a conseguir por otros medios la geolocalización del celular de su hija, para que recién con ese dato la policía se apersonara al lugar y la encontraran sin vida. De comprobarse si existió desidia en los custodios del orden, deben ser denunciados por omisión de deberes funcionales, con penas de cárcel que van entre los 2 a 5 años. Y no pretendo generalizar un mal accionar de la Policía Nacional; los malos efectivos no son la mayoría. Expreso mi gratitud a quienes sí se fajan por la niña y la mujer en las Unidades de Familia y de Violencia de la PNP.
Otro atroz feminicidio se dio, impensablemente, en un lugar custodiado y administrado por el propio Estado: un penitenciario, el de Huancayo, escenario de un sanguinario asesinato perpetrado por Jean Pier Figueroa Bendezú contra su pareja Rosario Sánchez Domínguez, domiciliada en Ica, ciudad consternada por su muerte y la orfandad en la que queda su menor hijo. Rosario murió al interior del penal, cuando fuera a visitar al padre de su hijo, quien la matara con la mayor frialdad, sin que nadie pudiera evitarlo pese a sus desgarradores gritos. Su verdugo pretextó haberlo hecho porque le fue infiel, la clásica de los machistas. ¿Ha rodado alguna cabeza por esta muerte? ¿El jefe del INPE? Bien, gracias.
Somos un Estado fallido, incapaz de brindar atención oportuna y efectiva a las víctimas de violencia contra la mujer y el entorno familiar. Queda claro que el Sistema Nacional Especializado de Justicia (SNEJ), creado en julio del 2018 y que integra la PNP, no está garantizando la seguridad de estas poblaciones vulnerables.

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