Mujeres de ciencia y tecnología
Hoy, 11 de febrero, celebramos el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia. Hace algunos años, la Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo a bien institucionalizar este homenaje. Por eso, declaró unánimemente el reconocimiento al papel clave que desempeñan las mujeres en la comunidad científica y tecnológica. Estamos aún lejos de afirmar que somos un país que valora a quienes se dedican a esta noble y sacrificada labor, y en el caso del sector femenino es todavía más alarmante. No se ven apoyo alguno y mucho menos políticas claras que puedan promover la participación activa de las mujeres. Se puede afirmar que es inexistente el apoyo a las mujeres que desarrollan actividades científicas y tecnológicas y todo indica que nuestras instituciones con sus políticas selectivas y discriminatorias todavía seguirán así por buen tiempo.
Recuerdo a María Reiche caminando escoba en mano, cruzando solitaria los desiertos de Nazca para después de muchos años entregar al mundo el resultado de todas sus investigaciones sobre las Líneas de Nazca; pienso en las maestras que sin apoyo y motivadas por su propia voluntad tratan de hacer entender a sus alumnos cómo es que funcionan determinados procesos asociados a la vida animal y vegetal; por ejemplo pienso en mi compañera de colegio quien después de haber disecado un animal se atrevió a rebuscar toda información posible para entender su compleja estructura; pienso en mis alumnas que estudian mantenimiento de maquinaria tratando de asociar su funcionamiento con señales complejas y encontrar, utilizando para ello softwares especializados, fallas que amenazan con causar daño a las máquinas bajo su responsabilidad; pienso en mis amigas que trabajan supervisando maquinaria industrial de diversos procesos productivos; pienso en mis amigas que en este instante están sudando la gota gorda para explicarse cómo es que se desarrollan determinadas enfermedades y buscan las soluciones médicas posibles; pienso en todas aquellas mujeres que desarrollan actividades relacionadas con la ciencia y la tecnología.
Seguramente se realizarán pomposas ceremonias en su homenaje, serán palmadas en la espalda para justificar la inoperancia de las burocracias de nuestras instituciones y son una arista más que en nada suman a lo que amerita su sacrificada labor. ¿Imagina usted todo lo que harían si tan solo recibieran un poquito de apoyo? Esperemos que se tomen las decisiones correctas para que ellas sean de verdad incluidas y puedan ejercer sus actividades con todas las condiciones acordes con las exigencias propias que el mundo de las investigaciones y la tecnología imponen.
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