Mujeres políticas competitivas
Cuando Javier Milei asumió la presidencia en diciembre de 2023, advirtió a los argentinos sobre la desatada "estanflación": un escenario crítico en el que se desarrollaban simultáneamente la inflación (alza de precios o pérdida del valor adquisitivo de la moneda) y el estancamiento económico (recesión). El término no es nuevo; fue utilizado hace 60 años por el exministro de Finanzas británico Ian Macleod. "Es lo peor de ambos mundos: no solo inflación por un lado o estancamiento por el otro, sino ambos juntos. Es una especie de ‘estanflación’", dijo en 1965.
Argentina había caído en un hoyo profundo. El gobierno mileísta heredó esta crisis —junto a la descomposición política e institucional— tras décadas de intervencionismo estatal y abrumadoras sobrerregulaciones económicas con una marcada orientación ideológica (ver a propósito: "Milei le ganó al ‘Partido del Estado’". M. Lagos. 20/11/2023. Expreso).
Tras casi año y medio de gestión, Argentina ha iniciado cambios económicos que muestran resultados: la pobreza y la inflación han disminuido (Unicef acaba de reconocer que se ha sacado de la pobreza a 1,7 millones de niños), mientras el sector privado acelera su ritmo vital para el crecimiento económico integrador y el desarrollo. Por supuesto, aún queda mucho por hacer.
Mientras Milei ingresaba a la Casa Rosada a fines de 2023, en Perú, Dina Boluarte cumplía un año en Palacio de Gobierno. En contraste, el país seguía otra trayectoria, aunque poco auspiciosa para las fuerzas productivas privadas de diverso tamaño, que sudan apalancando el crecimiento a pesar de un régimen que surgió de "Perú Libre" de Cerrón y su patrocinado Castillo.
Muy afín a ese ideario, Boluarte es la continuidad constitucional del desgobierno que arrancó el 28 de julio de 2021. Una mandataria imposibilitada de implementar el original y dañino plan estatizante, felizmente contenido por las circunstancias; aunque desesperada por supervivir políticamente, pero sin la convicción real en las reformas integradoras, promercado y liberales, en paralelo a las reformas de un Estado adiposo y resistente a los cambios que se necesitan desde hace tiempo.
Si bien la economía peruana (con inversión privada en ascenso, aunque con un crecimiento económico mediocre en su potencial) ha mostrado sorprendente resistencia ante los embates en torno a las disputas por el poder, es en la dimensión política peruana donde la cosa se pone de un color mucho más gris.
La estanflación política podría definirse, en breve, como la simultaneidad del alza o inflación de tensiones sociopolíticas (que recalientan imprudentemente el sistema de conflictos nacional) y el estancamiento de la política de consensos efectivos, además de la parálisis de reformas institucionales en pro del crecimiento político.
Este contexto afecta la toma de decisiones y condiciona toda directriz de poder —sea capitalina, regional o provincial—, favoreciendo discursos acomodaticios sobre los resultados concretos de gestión.
En niveles preocupantes, esta parálisis política impacta negativamente en la dinámica del sistema económico, la confianza proinversión y el crucial crecimiento antipobreza. "La verdadera fuente de la inestabilidad económica es la política gubernamental", decía M. Friedman. Por su parte, D. Acemoglu resaltaba como "el poder político y las instituciones inciden sobre el desempeño de las empresas y la economía".
El país tiene, entonces, un gobiernismo ineficaz que ha dedicado gran tiempo a su propia sobrevivencia, en medio de una aparente "estabilidad" nacional que de fondo tiene, ente otros elementos, una violencia criminal que no demorará en interactuar de forma creciente con una funcional violencia política antisistémica. Hay que reiterarlo: cuidado con seguir subestimando la persistente estanflación política (un riesgo paralelo a la estanflación económica que, por ejemplo, terminó de hundir a la Argentina pre-Milei).
En la coyuntura —y contra los pronósticos de su inevitable vacancia—, Boluarte llegó a convocar a elecciones para el 12 de abril de 2026. Hasta ahora, no hay señales de que intente atornillarse en la presidencia (asunto que sí asoma amenazante en Colombia, donde Petro va mostrando los colmillos autoritarios). El balance final sobre la mandataria será duro, tanto desde la historia como desde la población, y es probable que hasta termine en prisión.
Lo cierto es que su administración ha sido decepcionante, dejando una marca negativa en quien, en diciembre de 2022, se convirtió en la primera mujer presidente del Perú.
Este contexto alimenta un debate en redes sociales y entre el electorado sobre la posibilidad de que un liderazgo femenino emerja para corregir la tóxica herencia boluartista. Aunque la oferta política sigue dominada por hombres, algunas mujeres destacan como potenciales candidatas, con perfiles diversos y competitivos.
Ahí están, expectantes —y en un rango de entre 36 y 50 años—: Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, capitaneando las encuestas en un contexto donde el antifujimorismo profesional perdió influjo real tras su apoyo al prosenderista Castillo en 2021; Carla García, del APRA, con un reto interesante de relanzar al partido basándose en la rescatable segunda gestión de Alan García en materia económica y antipobreza; Adriana Tudela, de Avanza País, con un valioso desempeño parlamentario y capacidad para captar el voto juvenil, así como el de sectores conservadores y liberales, incluso más allá de la capital; y hasta Katherine Ampuero, de Renovación Popular, cuya oposición a la impunidad de empresas mercantilistas como Odebrecht, sus asociadas peruanas y sus operadores, podrían catapultarla positivamente.
Nada impide además que las mujeres asuman liderazgos de "mano dura o firme" contra la alta criminalidad, con igual o mayor efectividad que sus contrapartes masculinos.
¿Podrán las presidenciables ganar mayor proyección electoral —ya sea de forma individual, en coalición o mediante consensos— para corregir el desgobierno, la estanflación política y la mediocre gestión económica de Boluarte, la primera mujer en asumir la presidencia del Perú?
