Navidad con tranquilidad

Después de varios y largos días que el Perú ha estado pasando zozobras, destrucción, caos y lamentables muertes como consecuencia de grupos violentistas, quienes erróneamente asumen que con violencia descontrolada se resolverían los problemas del país.

La realidad es que sólo producen preocupación, disminución de trabajo, incremento de la pobreza y desconcierto, pero con la llegada de las fiestas y la intervención de las FF.AA. y PNP, se ha retomado la paz, esperemos que esta nos acompañe por un tiempo largo.

Estos disturbios han sido enfocados, prioritariamente, en cortar el libre tránsito de todo tipo de vehículos en más de 125 puntos de las carreteras del país, acompañado de ataques a los aeropuertos para dejarlos inoperativos, complicando el transporte aéreo y la actividad turística de la que dependen miles de operadores que reciben más de un millón de turistas. Además, incendiaron comisarias, oficinas y edificios estatales y de empresas privadas.

Cortar estas vandálicas protestas en base al diálogo, teóricamente es lo ideal, pero en la realidad, este camino es una utopía e imposible de lograr, demostrado con los diversos piquetes, promotores y ejecutores de las interrupciones del tránsito, manteniendo secuestrados por más de 7 días a miles de pasajeros que imploraban los dejen pasar, por el contrario, incrementaban su agresividad y prolongaban la apertura del tránsito.

Ante esta situación en que la estabilidad, gobernabilidad y seguridad del país no se podía resolver con una PNP desautorizada, el nuevo gobierno Boluarte, dispuso constitucionalmente “30 días de estado de emergencia” que permite a la PNP y a las FF.AA., imponer el orden en todo el país, respetando los Derechos Humanos; medida que ha sido criticada, básicamente por los grupos que apoyan e incitan a las descontroladas protestas, que han dejado más de 20 peruanos fallecidos y muchos policías heridos.

Con esta necesaria intervención, se ha logrado tener un país pacificado en días festivos, evitándose más muertes y destrucción de nuestra débil infraestructura, abrigamos la esperanza que todos comprendan que las fuerzas del orden no pueden estar ausentes cuando la estabilidad y seguridad del país y de la mayoría de sus habitantes se sienten amenazadas.

Estas fiestas llegan con la necesaria paz y unión, indispensables para efectuar las nuevas elecciones en abril de 2024, esperemos que a pesar del corto tiempo que tenemos para elegir apropiadamente un nuevo gobierno, este sea producto de una concertación política, abierta, democrática y de ancha base, evitando la perjudicial fragmentación de los votos presidenciales y congresales y sea elegido un presidente preparado para liderar un país que ha estado convulsionado, acompañado de un ideal equipo de ministros y funcionarios que logren unir al país, llevándolo nuevamente por la senda del progreso, en libertad, eficiencia, unión y paz.

Esta nueva etapa del gobierno, presidida Constitucionalmente por Dina Boluarte, a pesar de recibir su mandato en condiciones difíciles, su manejo es bueno, su comunicación es amplia y está preocupada en solucionar los problemas heredados, junto a su Consejo de Ministros con políticos conocidos, todos profesionales. Esperemos que su gobierno provisional de 18 meses opere mucho mejor que el desastre Castillo.

Finalmente, las revueltas ya fueron controladas y pacificadas gracias a las FF.AA. y la Policía y, en las próximas elecciones, debemos elegir un presidente con visión de progreso, logrando retornar a un país unido, en paz, con trabajo y menos pobreza.

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