Navidad: oportunidad para reflexionar

Como en otros países, el Perú ha adoptado –o se ha adaptado– a costumbres foráneas para conmemorar, en el mes de diciembre, el nacimiento de Cristo y en el día de San Silvestre, que de acuerdo al calendario Gregoriano, es el advenimiento de un nuevo año. Aparece en nuestra escena navideña un personaje vestido de abrigo rojo al que llaman Papá Noel o Santa Claus; así como un pino con nieve y regalos que la adornan.

En la tierra donde nació Cristo, no existen esos árboles como tampoco nieve. El nacimiento de un redentor tiene un fuerte carácter simbólico y podría haber acaecido también en el Perú, y en un pesebre pobre rodeado de llamas y vicuñas. Porque sabemos que en nuestro país lo que más falta es tener fe en los peruanos. .
Para celebrar el acontecimiento religioso se come en el Perú un pavo humeante con relleno saturado en grasas, como lo suelen hacer los hermanos estadounidenses en el Día de Acción de Gracias. Luego nos regocijamos con el panetón saturado de calorías, creyendo que viene de Italia. Ello acompañado de chocolate caliente, como en los países nórdicos.

En la mayor parte del Perú vivimos una calurosa estación. Tenemos excelentes cocineros que se promocionan y proponen platos peruanos en un alto sitial en el mundo. Pero muy poco ha ocurrido en lanzar nuestra gastronomía variada para una festividad internacional como la Navidad. Podría ser una ensalada de quinua, con paltas, arándanos. O una chicha morada y frutas tropicales, para países donde en diciembre reina el calor.

Tal vez una sopa de choclo y algo de cosecha andina. Eso se lo dejo a los especialistas.

No debemos causar ruido con cohetes Dejémoslo para recibir Año Nuevo o para la Fiesta Nacional como suele hacerse en la mayoría de países del mundo. Pero no en Navidad, que es una fiesta de paz y tranquilidad. Lo esencial es que el nacimiento del Hijo de Dios se perpetúa en la cultura occidental como una fiesta de paz . En esta festividad máxima del mundo católico y cristiano, deseamos a todos, sin excepción que se den la oportunidad de reflexionar sobre el valor de superar las diferencias y buscar caminos para la unión de todos los peruanos y nuestro mejor entendimiento con otras naciones, en base a valores comunes e intereses complementarios.

Entre otras cosas, la Navidad así como el Año Nuevo es asimismo una oportunidad para renovar prácticas y convertirlas en mejores costumbres. Comencemos con un paso en la dirección acertada: nuestras misiones en el exterior deberían regalar libros, en vez de promocionar bebidas alcohólicas. Tenemos un Premio Nobel y excelentes escritores que pueden recordarle al mundo nuestro pasado y presente vigoroso, así como la contribución de peruanos al afianzamiento de la paz y justicia en el mundo. Hagamos de la Navidad una fiesta de afianzamiento de valores nacionales y universales, y difundamos cultura.

Es el mejor regalo que le podemos hacer al Perú y al Mundo.

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