Ni lenguaje ni inclusivo

Por Ángela Ccanto Buendía

La inclusión, igualdad y respeto no cobran sentido ni relevancia porque te llamen “amigue”, “todxs” o “ciudadane”. Mientras un grupo menor se distrae en ‘objetivos’ ridículos, sobre los que la misma Real Academia de la Lengua Española y diversos lingüistas han dejado sentado que no tienen sentido y no contribuyen a ninguna lucha por la igualdad; cientos de miles de homosexuales, transexuales y más siguen siendo discriminados en lo económico, lo laboral e incluso en su derecho a la salud. Las personas buscan ser incluidas en la sociedad de manera objetiva: trabajo, sueldos, derechos, oportunidades y salud.

Me dirijo a ti, amigo homosexual, transgénero, lesbiana, LGBTIQR+ o como te identifiques: ¿en realidad consideras que tus derechos como persona, ciudadano, pagador de impuestos, sostén de tu familia, luchador para sobrevivir en una sociedad machista como la nuestra; y que todo lo que aspiras y esperas de una sociedad justa va a hacerse realidad por usar una ‘e’ o ‘x’ e ir en contra de un lenguaje hablado por más de 500 millones de personas y que ha servido para el desarrollo social sin discriminación?

Esto no solo es un distractor de la verdadera falta de derechos que ahora tiene la comunidad LGBTQR+, sino una fórmula que los está alejando de su verdadero objetivo. La lengua española no es discriminatoria ni excluyente. La lingüista Concepción Company indica que la igualdad no es que te llamen arquitecta -yo agregaría “arquitecte”-. Igualdad es que te paguen lo mismo y que tengas las mismas oportunidades que los varones.

Considero que los grandes cambios se han realizado bajo consignas objetivas, que en realidad significaban el respeto por su institución. Pero existe un grupo errado de personas que vive más indignada por no entender que la sociedad no acepta el inoperante ‘lenguaje inclusivo’. Los padres de familia son los principales responsables de la educación de sus hijos y no se les puede imponer ese concepto de “lucha”.

Hasta el 2020, los homosexuales, bisexuales y trans fueron la comunidad más rechazada en puestos laborales, y en realidad consideran que su objetivo es que les digan “amigue”, “doctore”; la gramática nunca ha sido exclusiva. Ahora bien, un derecho fundamental del ser humano es la expresión, y si quieren crear sus términos para sentirse incluidos, adelante; pero no traten de imponer eso como una forma de lucha objetiva.

Un aspecto importante que debemos tomar en cuenta es el respeto a la libertad de expresión. Algunas personas dan más valor a su daño emocional cuando se les comenta una verdad, que a entender y darse cuenta de que no tienen un verdadero representante ante el poder que defienda y plantee verdaderas propuestas para mejorar sus oportunidades. No se dejen manipular por los que marchan, porque no hacen nada concreto por ustedes. Piénsenlo.

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