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Ni siquiera tienen compasión

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Fecha Publicación: 09/02/2023 - 22:30
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La compasión es el sentimiento que impulsa a aliviar o remediar el dolor o sufrimiento de otra persona o evitar aquello que lo produce. Es un valor humano que conjuga la comprensión hacia el sufrimiento de los demás y permite que todos sean tratados con igualdad al comprender los hechos que ocasionan el dolor y sufrimiento humano. En la sociedad desde niños nos lo han enseñado. Al cursar estudios de derecho en universidades, el abogado conoce que su objetivo fundamental es la defensa de la justicia, y un juez, al ejercer con independencia su función, conoce que está sujeto a plazos para realizar los actos en cada acción judicial.

Hay dos casos que estremecen. Uno: ante empleadores que no pagan los derechos laborales a sus exservidores. El otro: trabajadores de la tercera edad (70 o más años) a los que las entidades que administran las pensiones, no les reconocen su derecho jubilatorio a pesar que les han descontado un porcentaje mensual de sus remuneraciones. En ambos casos han tenido que recurrir con demandas ante el Poder Judicial.

Como es conocido públicamente, en el Poder Judicial, pese a que goza de unidad, exclusividad e independencia para administrar justicia en Nombre de la Nación, sus jueces (de todas las instancias) no cumplen con procesar las causas judiciales dentro de los plazos que les señalan los códigos y leyes procesales hasta su propia Ley Orgánica. Es conocido –nunca desmentido– que las sentencias de primera y/o segunda instancia y en casación en la Corte Suprema se expiden no solo en meses sino en años de iniciada la demanda. Esto perjudica a trabajadores que no pueden cobrar sus beneficios sociales laborales hasta que se ejecute la sentencia (que es en otra cantidad sorprendente de tiempo).

Pero donde es alarmante la dilación judicial es en los juicios por jubilación porque los juzgadores incumplen los plazos procesales. Se agravia a veteranos que esperan se les pague su pensión jubilatoria para poder subsistir. Son miles y miles de ancianos que diariamente tratan de pedir a los jueces (de todas las instancias) que expidan las sentencias. Ahora la desgracia es peor porque “exigen el pedido virtual para que el juez los escuche”.

Alarmante, muchos ancianos han muerto y sus sentencias consentidas y/o ejecutoriadas no han sido expedidas en años. Pregunta: ¿Los jueces en su trabajo siquiera tienen compasión con los ancianos?