Ni tregua política ni diálogo institucional. ¡Vacancia ya!
Haciendo suyo el mamarracho de informe preparado por la OEA, Castillo llama a los líderes políticos y sociales del país a dialogar en aras de asegurar la gobernabilidad cuando en simultáneo y de manera absolutamente confrontacional, nombra a un amigo del Movadef en la DINI, a un antaurista como ministro de Defensa y a un activista como viceministro de Gobernanza Territorial, todos escuderos ideologizados cuyo único propósito será servir a los intereses de la red criminal.
A Castillo hay que vacarlo hoy, de lo contrario, el Congreso no llega a fin de año. Está desesperado y contra las cuerdas, si lo salvan pactará con el mismísimo diablo para deshacerse de su sentencia de muerte. Los disolverá sin parpadear y saldrán todos los tinterillos sobones del régimen a manipular la Constitución para convalidar el golpe de Estado. Además, dar la espalda a la vacancia es blanquear la corrupción, pasarla por agua tibia, normalizar, una vez más, el robo y el clientelaje que ha instaurado este gobierno. El salvataje de Castillo daría un nefasto mensaje, sería la victoria de la impunidad y confirmaría que el Congreso es un mercado persa donde todo está en venta, gana el que paga mejor.
Así las cosas, el gran dilema de muchos parlamentarios seguramente será: el puesto o las prebendas. Imagino que el gobierno debe haber hecho ofertas muy generosas, pero confrontan el grave problema de su falta de credibilidad; nada asegura que estos chabacanos cumplirán sus ofrecimientos. Las paredes tienen ojos y oídos y la lista de colaboradores eficaces e investigados se sigue engrosando. Además, cualquier prebenda sería ilegal con lo cual, cuando caiga Castillo – porque caerá – arrastrará a todos con él. El caso de Kenji Fujimori, de ingrata recordación, es una inevitable espada de Damocles.
Es muy difícil evitar que el voto sea un bien transable, existe incertidumbre hasta el último minuto, la deslealtad es una moneda de cambio en este Congreso, sin embargo, se minimizaría esa variable si se les impidiese votar a todos aquellos congresistas investigados como los seis “niños” expulsados de AP. Ya cruzaron la línea varias veces, venderse una vez más no les hará un rasguño. Desafortunadamente, el pragmatismo rentable sustituye a la decencia y estos angelitos pactan con cualquiera, sin ningún pudor.
En este permanente concurso de serviles a Castillo, Chero los superó a todos. Amenazante, se ha dedicado a dinamitar el orden democrático, con el agravante que es ministro de Justicia y teóricamente custodio de la legalidad y el Estado de derecho en el país. Tiene tal embrollo en el cerebro que ha perdido toda capacidad de entender que la vacancia por incapacidad moral permanente es un juicio político y de que no hay necesidad de presentar una sola prueba de los delitos de Castillo. Ha declarado que no aceptarán la vacancia a pesar de que se obtengan los 87 votos y que apelarán ante el TC y organismos supranacionales como la CIDH. Este último, santuario de los progres, favorecerá a Boluarte. Ni se gasten recurriendo al apoyo caviar. La OEA, Forsyth y Rodríguez Cuadros se cambiarán de bando rápidamente y quizás el 14 de diciembre AMLO ni se aparezca. El poder se esfumará y con él, los adulones y los mal llamados amigos.
Castillo no tiene la más remota idea de quien es John Stuart Mill pero quisiera lograr una suerte de “tiranía de la mayoría” (“On Liberty”, 1859). Pretende que sus mentiras, difundidas 24x7 en las radios de provincia, más el elemento identitario y la eventual distribución de dinero, reemplacen al imperio de la ley por una distorsionada voluntad popular. No lo podemos permitir. ¡Vacancia ya!
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