¡No más asesinos de policías ni serenos!

Ecuador continúa sufriendo los embates de la criminalidad organizada a tal nivel que el Fiscal que investigaba la toma de TC Televisión, murió asesinado por la mafia. Si en nuestro país seguimos siendo tan permisivos y blandos con la delincuencia, estaremos yendo por ese mismo camino.

Son varios los factores a abordar para combatir la creciente inseguridad ciudadana, entre ellos está: 1) El excesivo hacinamiento en las cárceles, circunstancia que ya ha sido declarada por el Tribunal Constitución como un “estado de cosas inconstitucional”. No es muy agradable tomar la decisión de destinar recursos para la creación de más centros penitenciarios; sin embargo, hacen falta por lo menos dos cárceles más, pues la población penitenciaria excede a la infraestructura con la que contamos. De otro lado, no nos parece razonable que debido a la sobrepoblación penitenciaria se tenga que abrir la cárcel para sentenciados con menos de diez años de prisión efectiva. Es decir, nosotros la población, no tenemos por qué pagar los platos rotos de la ineficacia del Estado en su política criminal. 2) De otro lado, está el problema de la corrupción en el sistema judicial sumado al excesivo garantismo que es uno de los principales obstáculos en la lucha contra la delincuencia, y 3) Como defensores de la integridad física de la ciudadanía, pero también de los valerosos serenos y policías que cada día exponen su vida, tenemos que ser capaces de reprimir a cada “maldito Cris” que se presenta en sociedad, condenando su accionar con la máxima pena de cadena perpetua. Por eso, he presentado el Proyecto de Ley 6428/2023-CR que tiene este objetivo de reivindicar el esforzado trabajo del Serenazgo y la Policía Nacional. Considero que esta ley es una herramienta más para el juzgador, en el propósito de disuadir la comisión de estos crímenes a sangre fría, con el máximo peso de la ley.

Congreso, Poder Ejecutivo, y Poder Judicial no podemos quedarnos de brazos cruzados al ver esta incidencia delictiva como nunca antes. Nos queda reformular las leyes y las políticas en este asunto, dada la estadística. La matanza de serenos y policías siempre ha ocurrido, pero la de ahora no tiene precedentes en nuestra historia, y se necesita que el Código Penal se corresponda con esta realidad.

Finalmente, no solo se necesita modificar el Código Penal, sino también fortalecer las políticas de prevención para un desarrollo personal adecuado del ciudadano desde la familia y en sociedad. El aporte de los psicólogos y profesionales de la salud también es clave en el abordaje multicausal de la delincuencia. Y desde mi despacho seguimos promoviendo civismo con la campaña “Conoce tu Constitución”.
¡Dios, familia, patria, libertad!

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