“No somos colonia de nadie, ni nunca lo seremos”
Por primera vez me he sentido identificado con la presidenta Dina Boluarte al verla defender con firmeza nuestra soberanía frente a las pretensiones intervencionistas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, respaldando con convicción el proyecto de ley aprobado por el Congreso que otorga amnistía a miles de militares, policías y comités de autodefensa, perseguidos injustamente. Lo relevante de esta actitud de Boluarte es que, a pesar de ser parte de la plancha presidencial que le permitió entrar a Palacio de Gobierno junto a Pedro Castillo, cuando le tocó reemplazarlo, supo tomar distancia con Perú Libre rechazando la pesada mochila de gobernar imponiéndonos su modelo comunista y una nueva Constitución. Dejando de lado esa afiebrada agenda, optó por darle continuidad al modelo económico vigente, iniciado por Fujimori hace 35 años, el mismo que logró estabilizar nuestro país. Hoy Boluarte ratifica su posición deslindando con los organismos internacionales y sus pretensiones de entrometerse en las decisiones soberanas de nuestro país.
Este proyecto de ley de amnistía, multipartidario, sustentado por Fernando Rospigliosi, en ese momento presidente de la Comisión de Constitución y Reglamento, no promueve la impunidad, reconoce y hace justicia con quienes, arriesgando sus vidas, enfrentaron al terrorismo y la subversión para lograr la pacificación de nuestro país. Muchos de ellos han sido acosados, perseguidos yacusados durante décadas por presuntos delitos que se habrían producido en medio del cobarde accionar del terrorismo y enfrentan hasta ahora procesos judiciales que nunca terminan. Otros han muerto o pagado con años de su vida en prisión. No hemos visto en la justicia caviar un ensañamiento similar ni con los subversivos que mantuvieron en zozobra a nuestro país, amenazando la vida de millones de peruanos.
El Ejecutivo tiene plazo hasta el 15 de agosto para pronunciarse sobre el proyecto de ley. Dina Boluarte se ha mostrado a favor de su promulgación y esta sería una señal de que su Gobierno estaría dispuesto a enfrentar las parcializadas resoluciones y sanciones que vendrían de los ideologizados organismos internacionales, que solo se activan cuando se trata de defender los derechos de los gobiernos dictatoriales que promueven el caos. Preocupa la posición de nuestro sistema de justicia, que parece estar muy alineado con los mandatos de la manipuladora justicia internacional.
La presidenta Boluarte tuvo la oportunidad de proponer en su mensaje de Fiestas Patrias la voluntad de su Gobierno de denunciar a la Corte IDH y a la Comisión por excederse en sus funciones, al entrometerse en temas que no son de su competencia, y pudo anunciar la convocatoria a las fuerzas políticas para modificar el Pacto de San José.
Pero nunca es tarde para hacerlo porque… ¡No somos colonia de nadie, ni nunca lo seremos!
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