ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

¡No somos suecos!

Fecha Publicación: 12/05/2020 - 20:10
Escucha esta nota

La estrategia sueca de contención del Covid-19 ha llamado la atención mundial. Mientras aquí acabamos de re-reprorrogar el necesario Estado de Emergencia para procurar controlar la peste viral profundizando una de las peores crisis económicas y financieras de la historia nacional tras 60 días de cuarentena nacional, en Suecia su población se ha pasado el mismo plazo sin aislamiento obligatorio, cierre de fronteras ni la crítica paralización de su aparato productivo (salvo por la clausura de museos, suspensión de clases en las universidades y cancelación de espectáculos públicos). Resultado del maldito virus chino hasta ahora: En Perú contabilizamos cerca de 2,000 fallecidos y los suecos por los 3,000; el Perú tendrá un PBI negativo anual estimado “optimistamente” entre 5 y 10 % y Suecia no decrecería a diferencia de sus grandes socios de la Unión Europea que también aplicaron la drástica cuarentena.

No somos suecos, vaya novedad, mas tampoco lo es el Reino Unido (RU) –en especial Inglaterra-, que empezó privilegiando el modelo sueco de inmunidad colectiva o “de rebaño” y tuvo que abandonarlo a la carrera para evitar una mortandad proyectada en siete dígitos a lo largo de este año. Aun así, el RU va ya por más de 30 mil muertos. Algo parecido pasó con Rusia que miraba de lejos al coronavirus y estableció tardíamente la cuarentena y hoy registra alrededor de 200 mil infectados y supera los 1,800 decesos. Y ni qué hablar de la trumpista EEUU.

¿Cuál es el secreto de la receta sueca frente a la nefasta pandemia? Resumiendo, la idiosincrasia y voluntad de su ciudadanía a la que le basta la higiene, el uso de mascarillas, la distancia social, evitar la aglomeración y, por supuesto, contar con un solvente sistema de salud pública y de seguridad social. No sostenemos que esta descarnada estrategia escandinava sea la panacea exportable, máxime porque no es infalible y sus principales víctimas son los ancianos, pero la simple comparación con nuestra realidad es odiosa. ¿O no?

Hasta hoy se repite la extraña frase “hacerse el sueco” como sinónimo de desentenderse de algo. Visto lo visto, mejor cambiemos el refrán y aprendamos de los suecos. ¡Amén!