¡No tenemos miedo!
No queremos revivir otro capítulo nefasto de nuestra historia lleno de sangre y horror. El temor es un enemigo casi imbatible y los violentos lo saben. Como bien decía el filósofo francés Michel de Montaigne: “No hay cosa a la que le tenga más miedo que al miedo”, nos hace vulnerables y generalmente es la causa de conductas que empobrecen la dignidad. Sin embargo, hoy en el Perú no vamos a bajar la guardia, finalmente, la ciudadanía ha salido del letargo y no va a ceder un milímetro ante las pretensiones totalitarias de los extremistas.
Definitivamente, a Boluarte le falta astucia y olfato político. Cometió muchos errores como pretender que el diálogo era el camino para detener a la violencia, (y sigue insistiendo en ello, imagino para humanizarse ante los ojos de sus verdugos) o declarar tardíamente el estado de emergencia –por considerarla una medida extrema– pero, tiene la virtud de dejarse asesorar y se ha mantenido firme con el apoyo de las FF.AA. y la PNP. No ha pisado el palito de renunciar, a pesar del cargamontón de la izquierda, que ya pretenden culparla de todas las muertes, la mayoría de ellas, víctimas de su propia violencia o de aquellos que utilizan al pueblo como carne de cañón. Hay 300 policías heridos, 4 de gravedad por armas de fuego, pero ellos no cuentan. Gravísimo error de la Cancillería al invitar a la CIDH para evaluar la supuesta “represión”. Solo servirá para dar de comer a las ONGs que viven de inagotables y gastadas denuncias, alimentadas por el jugoso financiamiento de la corrección política internacional. Para ellos, el espectáculo siempre debe continuar. Es repulsivo, viven de la exageración y el cuento, pero no hay quien los detenga.
Boluarte era una funcionaria de mando medio de Reniec, que ilegalmente pretendía conservar su puesto por cinco años; cajera de los Dinámicos del Centro y cercana a Cerrón. En una muestra de lealtad e integridad, debió renunciar apenas fue vacado Castillo, tal como prometió hace un año ante el pueblo de Juliaca, sin embargo y sin el ánimo de excusarla, entre un año y otro las circunstancias cambiaron dramáticamente. Además, se actuó rigurosamente de acuerdo con ley: sucesión constitucional y absoluto respeto de las instituciones. La han calificado de traidora, pero no existe mandato ético que pueda obligar a guardar fidelidad a un comprobado delincuente.
La izquierda sectaria, aquella que le perdona todo a los suyos, orquestó una violencia incendiaria que convirtió, por demasiados días, la escena pública en un laberinto abrasivo, donde parecían confundirse protestas legítimas con actos terroristas. No solo no pudieron arrasar con la democracia como pretendían, sino quedó al descubierto que se trata de erupciones violentas, perfectamente orquestadas por todos aquellos que comían de la mano de Castillo; las hoy fortalecidas Fenate y Movadef, así como el dinero del narcotráfico y la minería ilegal. La izquierda es invariablemente socia del lumpen del país para generar el caos. Inteligencia estaba en manos del enemigo, de lo contrario hubiera sido posible anticiparlo con mayor certeza. Hoy Juan Carlos Liendo será un gran aliado de la democracia.
A pesar de los peores augurios, Dina se mantuvo firme y resistió. Si se rendía, perdíamos todos. Apoyar a Boluarte en estos momentos aciagos, no significa convalidar el terrible gobierno de Castillo, sino promover un tránsito pacífico hacia la democracia, previo a reformas políticas y, poner fin a las protestas que le cuestan 212M diarios al país. Tiene que ser un gobierno corto, ejecutivo y de medidas correctivas. Sus entrevistas televisivas han sorprendido a muchos favorablemente, sin embargo, debe siempre recordar que en política no basta tener la razón, tienen que dártela.
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