¿Nos espera un baño de sangre?
La coyuntura no puede ser más reveladora. ¡Y además explosiva! El Jurado Nacional de Elecciones JNE ha alcanzado tal grado de descomposición que no hay posibilidad alguna de confianza en él. Menos para cederle la responsabilidad de supervisar unos comicios que definirían si Perú se alinea a la camorra chavista; o si sigue en las orillas de la democracia occidental. El JNE tuvo un origen espurio impulsado por una entidad llamada Junta Nacional de Justicia, alumbrada por el golpe de Estado perpetrado por el miserable Vizcarra. Mafia que ha acaparado el poder tanto para dominar la Justicia como para orquestar las elecciones, entregándoselas a cuatro gatos digitados por ella.
Ahora la JNJ es usada para manosear el país como instrumento de extorsión política. De hecho viene organizándolo en base a camorras establecidas alrededor de poderes fácticos. Empezando por la prensa corrompida, trocada en ente imbatible operado tras bambalinas usando recursos malolientes, para quebrar las conciencias de quienes le sean antagónicos. Este es el Perú hoy, estimado lector. Una sociedad infame, urdida por bandas mafiosas compuestas por gente impresentable que actúa de acuerdo a consignas criminales signadas por la extorsión y la violencia. Bandas teledirigidas por la zurda contaminada con la corrupción más pervertida. Una sociedad tan putrefacta que hasta es capaz de recurrir a sujetos condenados a prisión ciertamente perpetua. Como el caso de Vladimiro Montesinos que, para que le sea útil, lo sacan al fresco a efectos de desinformar a la sociedad engañándola mediante estrategias pervertidas. Carambolas abyectas para lograr los objetivos de aquel centro de poder inmundo que, exitosamente, hasta hoy rentabiliza la izquierda caviar. Este “caso” montado alrededor de Montesinos, antes considerado asesino por la izquierda rosada, ha sido promovido por otro tipejo repelente apellidado Olivera. Hablamos pues de un nuevo manotazo de ahogado para imponer el fraude electoral atornillando al sillón palaciego a un elemento pro terrorista, pro chavista, pro desastre, como Pedro Castillo.
La izquierda caviar se solaza porque un juez denegara ayer el Hábeas Data solicitado por Fuerza Popular. Pedía que la ONPE entregue al Jurado Nacional de Elecciones su padrón de votantes. ¡Órgano integrado por jueces! ¡No por operadores politiqueros! Se trata de una información pública, clave para contrastar las firmas que figuran en esas actas presuntamente tramposas y debidamente observadas. ¿No serviría acaso ese padrón como elemento indispensable para convalidar la verdad que, al final del día, es lo que buscamos los peruanos? Una transparencia que erradicaría cualquier atisbo de fraude electoral y serviría para prevenir un terrorífico baño de sangre. ¡Como el que propone el comunismo, de la mano de la izquierda caviar, para incendiar la pradera y salir con su gusto tiñendo de muerte al Perú! La pregunta cae por madura. Si ahora Fujimori adelantase a Castillo por 40,000 votos en el conteo a cargo del JNE, ¿acaso los rojos no exigirían ese mismísimo Hábeas Data que ahora rechazan aceptar, como una salida indispensable para legitimar cualquier proceso electoral? Proceso que para este escriba se encuentra viciado; deviniendo en fraudulentas estas elecciones.
