Nos gobiernan unos asaltantes
La arremetida marxista viene ganando espacio, gracias a los gobernantes envilecidos por la corrupción que han administrado este país desde que la izquierda retornara al poder con la parejita Humala-Heredia y la sucediera Pedro Pablo Kuczynski; tan ávido por llegar a Palacio que pactó con Humala una transición sin cuestionamientos. Peor aún, comprometiéndose a ejecutar sendos megaproyectos corruptos elaborados por el humalismo como la Refinería de Talara (US$ 6,000 millones), Gasoducto del Sur (US$ 7,500 millones) y otros US$ 6,500 millones para la Línea 2 del Metro. Sin contar los US$ 1,800 millones quemados en organizar los Panamericanos. Y en aquel arreglo, entre PPK y Humala, intervino como no podía haber sido de otra manera la progresía marxista conocida como los caviares, ofreciéndole apoyo a un imberbe PPK a cambio de que la dejase maniobrar –sin trabas– en los vericuetos de la Administración Pública. Particularmente, en todo aquello que se relacionase con el sistema de Justicia Nacional. Los resultados saltan a la vista. El Perú está siendo gobernado por una logia marxista que ha secuestrado a Martín Vizcarra, el gobernante que erróneamente designara el Legislativo para sustituir al renunciante Kuczynski. Y esta logia marxista –con poderes tremendos en todas las reparticiones estatales, con mayor énfasis en la Fiscalía de la Nación y en el Poder Judicial– hoy administra nuestro país sin haberse presentado a las elecciones como plancha de gobierno. Uno que otro de sus integrantes se subió al corso de Kuczynski en calidad de invitado entre su lista congresal. Pero los votos que reunieron no fueron cosecha propia. Porque ingresaron al Parlamento entre un montón de individuos colocados por los improvisados pepekausas, digitados por el mismísimo Kuczynski. Esta es la mafia que nos gobierna, señores. Una partida de asaltantes del poder dedicados a medrar de los sufridos ciudadanos “trabajando” como “consejeros” del jefe de Estado, exhibiendo por todo haber antecedentes de activistas trotskistas y demás variantes del marxismo criollo, unido a un perfil moralino elaborado entre ellos mismos. Currículo que les impregna una tramposa fragancia de santidad. Son los caviares o progre marxistas que le enrostran el mote de corrupto a todo aquel que disienta de ellos, cuando ellos lo corrompen todo al gobernarnos sin el voto popular desde que manipulan nuestro país con la sola anuencia de expresidentes procesados como Humala y PPK, o huérfanos de poder como Vizcarra.
Como lo señalara EXPRESO ayer, “el marxismo cultural sigue destrozando los valores de nuestra sociedad … (para los marxistas) la traición es sinónimo de independencia, a la deslealtad o al soplonaje se le llama ‘colaboración eficaz’ o ‘confesión sincera’. Al oportunismo elevaron a la categoría de ‘pragmatismo’ y, en el colmo, el hasta hace poco aborrecido tránsfuga es hoy una ‘personalidad imparcial’…Al marxismo caviar ahora lo llaman ‘liberalismo’… En esa misma lógica, a una magistrada a quien años atrás la calificaban de ‘fujimontesinista’ e integrante de la ‘mafia de las viejas’ ahora (que ocupa el cargo de fiscal de la Nación) le dicen que es el símbolo de la decencia.”
¿Cómo permitimos que esta ralea nos siga gobernando?