Nos llevan, descaradamente, al desastre
Lo ocurrido el martes en Ecuador reafirma el brutal estado de insurrección que vive Latinoamérica. No es casualidad. Eso está planeado desde 2021 por el Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla. ¡O sea la izquierda latinoamericana! Precisamente por ello peligra el Perú, gobernado por quien fuera vicepresidenta y ministra durante el aciago año medio del régimen marxista, pro sendero luminoso presidido por Pedro Castillo. Es más. Durante su año de gestión presidencial, Dina Boluarte ha ocultado al reo en fuga Vladimir Cerrón, jerarca comunista ligado a la embajada cubana que dirigiera el viejo Centro de Inteligencia de la Cuba fidelista, Carlos Rafael “gallo” Zamora, uno de los organismos desde donde el castrismo monitorea la subversión latinoamericana. Durante todo ese año, la presidenta Boluarte tampoco declaró persona no grata al mencionado “gallo” Zamora, ni neutralizó los ejes de la izquierda latinoamericana que perseveran, permanentemente, en vengar el desastre que le significó la caída de su alfil, Castillo, en el Perú. Como tampoco mueve ficha para capturar al tres meses prófugo Cerrón. Y por si fuera poco, tampoco se despeina Boluarte ante la escarapelante crisis financiero/económica/sociopolítica que abruma a nuestra nación, que forma parte del caldo de cultivo que cocina esta izquierda castro-chavista, para acabar de demoler a la oposición anticomunista, y retomar el proceso de comunización de nuestro país. Finalmente durante su año de gestión coordinando con el agente cubano Vladimir Cerron, Boluarte –heredera de Castillo– se ha encargado de aplicar la destructiva estrategia contra nuestra Policía Nacional y nuestras Fuerzas Armadas, bastiones fundamentales para la lucha contra el comunismo transnacional, respaldada por la zurda sudaca al alimón con la Corte y Convención Interamericana de Derechos Humanos.
Ecuador ha tenido una rápida y exitosa reacción ante la captura de un canal abierto de televisión y las asonadas callejeras encendidas por armamento de guerra usado por las bandas criminales ecuatorianas, afines al narcotráfico y a la minería ilegal. Armamento y municiones muchos de ellos pertenecientes a las Fuerzas Armadas del Perú; material robado –con respaldo de algún estrato del gobierno peruano– por bandas criminales de colombianos y venezolanos afincados en nuestro país, a no dudarlo apoyadas por las embajadas de Cuba, Venezuela; posiblemente Colombia. No obstante, la vecindad de Ecuador con Perú y viceversa es parte del principio de ósmosis política al que apela la izquierda regional, para consolidar su siniestro plan para convertir Latinoamérica en área comunista.
Otrosí. Últimamente, el juez Leodan (sic) Cristóbal Ayala ha condenado a prisión al policía peruano Erik Torres, acusándolo de disparar contra un manifestante fallecido, alcanzado por perdigones durante las violentas protestas procomunistas de finales de 2022. Obviamente, la lucha anticomunista continuará. Igual que el debilitamiento de nuestras FFAA y Policía Nacional maltratadas por fiscales y jueces que obedecen órdenes de unas ONG que han secuestrado el poder Judicial y el Ministerio Público. ONGs decididas a condenar a policías y militares por las muertes de civiles; en rigor terroristas muertos disparando claramente contra quienes estaban defendiéndose/defendiéndose. Táctica comunista que continuará llevando nuestro país al demonio.
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