Nuestras mujeres y el fútbol

El balompié es un deporte que genera emociones. Es de dimensión internacional, al extremo que ha originado incluso una guerra entre dos naciones. Brinda un espectáculo en el que concurren fuerza, así como destrezas conducidas por una estrategia de equipo. Tiene una duración que generalmente supera los noventa minutos, y genera un amplio espacio publicitario. Por lo que se ha convertido en un gran negocio. Hay varias entidades que comparten aspectos organizativos, reglamentarios, siendo la principal la federación llamada FIFA, con sede en Suiza.

El espectáculo-negocio se ha extendido ahora al fútbol femenino. El reciente campeonato europeo que culminó con el partido entre Alemania y Gran Bretaña, convocó en el estadio londinense a más de 80 mil espectadores. La televisión alemana reportó una cuota de audiencia de veinte millones de personas. Es decir, un interés similar a los juegos entre hombres.

Hay una diferencia importante, en tanto que los de sexo masculino son futbolistas profesionales con ingresos millonarios, las mujeres, en el caso de Alemania, juegan como amateurs, es decir tienen que ganarse la vida trabajando en otros menesteres. Por ello el jefe de Gobierno alemán se ha comprometido a bregar por la igualdad de oportunidades entre jugadores de fútbol sin discriminacion entre sexos, lo que es la mejor expresión de igualdad de género.

Personalmente, pude apreciar en las jóvenes, mayor compromiso por luchar por la pelota, así como una gracia natural al ejecutar cualquier movimiento. En suma, mayor pasión, así como mejor espectáculo.

Comento lo anterior porque estamos en el Perú animados por el triunfo de la atleta Kimberly García, la notable actuación de la maratonista Gladys Tejeda; o la montañista Flor Cuenca. Recordamos asimismo la estela de triunfos dejada por la tablista Sofía Mulanovich, y la boxeadora Kia Malpartida, sin olvidar el equipo de voleibol femenino que alcanzó un alto sitial internacional.

En suma, nuestras mujeres brillan a nivel mundial. Se presenta así la ocasión de reflexionar sobre nuestro fútbol. Tenemos la mejor “barra “del mundo. Pero la selección masculina no clasificó. Hubo una enorme campaña en las redes sociales que promovía el trabajo del ex entrenador. De otro lado hubo quienes cuestionaban el pago desmesurado que se le hacía. Para entender esto último, se puede aplicar un criterio muy simple: el conocer cuánto ganaba el argentino antes de que lo contrate el Perú, y cuánto son sus ingresos ahora. De ahí se deduce el valor económico de un entrenador.

Lo importante es que tenemos ahora recursos que se han ahorrado, así como un potencial para el fútbol femenino que debemos desarrollar. Yo no soy fanático del fútbol, pero sí de la mujer peruana y reconozco su prestigio más allá de nuestras fronteras.

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