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¡Nuestro sol, nuestra fuerza!

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Fecha Publicación: 25/09/2025 - 22:00
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Hay algo que une a un gamer de Miraflores, una diseñadora en Arequipa, un mototaxista en Tarapoto y una barista en Cusco: todos confían, día tras día, en el sol peruano, nuestra moneda. Puede parecer solo un billete o una cifra en la app del banco, pero en realidad es un símbolo de estabilidad, identidad y esperanza.
En un mundo donde muchas monedas caen como fichas de dominó, el sol se mantiene firme, casi desafiante, recordándonos que el Perú puede ser pequeño en territorio, pero en resiliencia es gigante. Las generaciones Z crecieron escuchando de crisis, caídas de gobiernos, inflación en otros países. Saben que el dinero es más que números; es seguridad, proyectos, sueños. Por eso, cuidar nuestro sol no es cosa de economistas: ¡es una misión de todos!
Cada vez que ahorramos, que exigimos transparencia a los bancos, que apoyamos un emprendimiento local en vez de importar todo, estamos defendiendo el poder de nuestra moneda. Los verdaderos héroes de esta historia no están en los escritorios de los ministerios ni en las fotos de las portadas financieras. Son los emprendedores de a pie: la señora que vende desayunos desde las cinco de la mañana, el joven que abre su tienda de ropa en Instagram, el agricultor que envía café orgánico a Europa, el programador que crea apps desde su cuarto. Ellos son los que hacen que el sol circule, que la economía respire, que el sistema financiero tenga razón de existir.
La estabilidad de nuestra moneda ha llamado la atención del mundo, nuevos bancos y capitales extranjeros miran al Perú con interés. ¡Y eso es bueno! Competencia significa mejores tasas, más opciones, oportunidades frescas para quienes ahorran y para quienes necesitan crédito; pero no olvidemos una verdad: el capital más importante no es el que llega, sino el que se queda en cada barrio, en cada mercado, en cada emprendimiento que se atreve a crecer.
Por eso, jóvenes, no dejen su educación financiera para “cuando sean adultos”. El momento es ahora: lean sobre ahorro, aprendan a invertir, cuestionen las comisiones, exijan claridad a los bancos. Cada sol que administren bien es un voto por un Perú más libre, menos dependiente, más fuerte.
Nuestro sol se ha ganado el respeto del mundo porque millones de peruanos trabajan, madrugan y creen en él, pero basta una mala decisión colectiva para que ese esfuerzo se pierda. Defender nuestra moneda es también defender nuestra identidad. El sol no solo paga cuentas, ilumina el camino de un país que quiere crecer sin hipotecar su futuro.
Cuidar el sol es cuidar la patria. Así que, la próxima vez que revises tu billetera o tu aplicación bancaria, recuerda que no sostienes solo un medio de pago: sostienes una historia de resistencia, de trabajo, de orgullo. Que cada sol que muevas sea un paso consciente hacia un Perú que no se vende, que no se quiebra, que no se rinde.
El sol peruano es más que dinero, es el reflejo de lo que somos capaces de lograr cuando creemos en nosotros mismos. ¡Jóvenes, el mundo puede decirles que lo saben todo, pero el verdadero poder está en aprender a cuidar lo que otros dieron la vida por construir: su libertad financiera y el valor de su propio SOL! He dicho.

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