Nuestros pensamientos limitantes
Desde la infancia, nuestra mente es como una esponja, absorbiendo las creencias y valores que nos rodean. Los mensajes que recibimos de nuestros padres, abuelos, maestros y la sociedad van moldeando nuestra percepción del mundo. Nuestra mente, en esa etapa, funciona como una grabadora: todo lo que escuchamos, vemos y sentimos queda registrado sin filtro. Si un niño escucha con frecuencia frases como “eso es muy difícil”, “no puedes hacerlo”, o percibe rechazo cuando intenta expresarse, empieza a crear conclusiones internas que más tarde se convierten en creencias.
Por ejemplo, si en casa se repetía que el éxito era solo para unos pocos, es probable que hayamos internalizado la idea de que no somos capaces de lograrlo.
Lo difícil es que esos pensamientos se vuelven tan automáticos que ya no los cuestionamos. Pasan a ser parte de nuestra identidad. Creemos que simplemente “somos así” o que “la vida es así”, cuando en realidad es una programación aprendida.
Además, muchas veces están ligados a emociones fuertes: miedo, vergüenza, rechazo, culpa. Por eso, aunque en el presente ya no tengan sentido, nuestro cerebro los sigue reproduciendo como un mecanismo de protección.
Identificarlos es difícil porque están en el subconsciente. Solo cuando observamos nuestros patrones repetitivos —por ejemplo, autosabotearnos, desconfiar del éxito, atraer siempre el mismo tipo de relaciones— podemos darnos cuenta de que detrás de esos comportamientos hay un pensamiento limitante que todavía gobierna nuestra vida
Estos pensamientos limitantes se instalan en nuestro subconsciente, influyendo en cómo nos vemos a nosotros mismos y en nuestras decisiones. Por ejemplo, una persona que creció escuchando que no era buena para las relaciones puede desarrollar la creencia de que siempre va a ser lastimada, atrayendo justamente ese tipo de experiencias.
La buena noticia es que podemos reprogramar nuestra mente. Herramientas como la reprogramación mental nos permiten identificar esos patrones y sustituirlos por afirmaciones positivas. El mindfulness nos ayuda a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos, creando un espacio para elegir nuevos pensamientos. Y la terapia cognitivo-conductual nos brinda herramientas prácticas para desafiar y cambiar esas creencias limitantes.
Imagina a alguien que siempre ha creído que no puede confiar en las personas y, por ello, evita abrirse en sus relaciones. Con un trabajo consciente, al practicar la autoobservación, puede darse cuenta de que esa creencia no es cierta y empezar a cambiarla por la idea de que merece relaciones saludables y de confianza. Con el tiempo, y usando estas herramientas, esa persona empieza a atraer relaciones más sanas y se siente más plena.
Te invito a que tomes un momento para reflexionar sobre esos pensamientos que te limitan y te animes a transformarlos. ¡El cambio está en tus manos!
Si estás listo para dar ese primer paso, te invito a comenzar hoy mismo. Tu bienestar y tu paz interior te están esperando. Estoy aquí para apoyarte.
No dudes en contactarme para continuar este camino de crecimiento, autoconocimiento y conciencia, estoy aquí para ayudarte contáctate conmigo, : Zu Ghersi Instagram ?https://www.instagram.com/zusetteghersi o VitalidadYoga
Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.