Nueva burla al país… ¿importa?
¡Claro que importa! Sin embargo, parece que hasta ahora nadie quiere admitir que todos los actos del presidente forman parte de la estrategia general en la que se insertan planes de corto, mediano y largo plazos con movimientos tácticos de contingencia, para la consolidación del gobierno en el poder jugando a la reversión de la imagen negativa que ex profesamente construyen y cargan con ella trasladándola a un Congreso que ya controlan con el poder de una minoría incondicional sometida al poder o por convicciones ideológicas o porque les conceden beneficios o ventajas para satisfacer sus intereses personales, propalando un mensaje conciliador, de aparente buena voluntad, de llamados a un trabajo coordinado con un listado de obras que, como está la situación económica, no podrán realizarse, para terminar convocando al Acuerdo Nacional que nada bueno ha producido hasta la fecha.
Tienen razón aquellos que le han recordado al Presidente que aún faltan varios meses para el 28 de julio en cuya oportunidad puede contarnos la historia de sus presuntos logros y planes que jamás se cumplen ni cumplirán porque siempre carga con gabinetes ministeriales moral y funcionalmente infectados.
Sin embargo, como un elemento de manipulación, filtran una presunta intención de adelantar elecciones con una previa renuncia masiva de todos en el Ejecutivo y en el Congreso procurando demostrar que el Presidente y el grupo que lo acompaña no tiene intenciones de aferrarse al poder cuando todos sabemos que su plan de gobierno dice exactamente lo contrario, es decir, que han llegado para quedarse, pero deben ir demoliendo progresivamente a sus rivales y avanzar sin pausas en el control de la institucionalidad pública hasta alcanzar impunidad y, vaya que lo están logrando, con una fiscalía que actúa a tientas y sospechosamente de manera tardía.
Es más que obvia la intención del Gobierno de liberarse de este cargamontón de imputaciones hechas por Karelim López y de la existencia real de los sujetos a los cuales aquella alude y del entorno de sobrinos y empresarios que estarían enriqueciéndose con cuestionables contratos con el Estado con la presunta anuencia del Presidente, resultando más que sospechosa la conducta de su ex secretario de palacio don Bruno Pacheco, quien primero tuiteó amenazando con corroborar todo lo dicho por la señora Karelim López para luego no asistir a la fiscalía a declarar permitiéndole al Presidente negar conocer a dicha señora a pesar de todas las evidencias existentes. Qué se está negociando en la penumbra, no lo sabemos, pero ya el Presidente le tiró la pelota al Congreso y veremos qué hace éste con ella.
Lo cuestionable es que el Presidente vaya al Congreso a dirigir un mensaje conciliador, con prontuariados que ninguna confianza ofrecen.
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