Nuevamente: ¿quién será el menos malo?
La historia nos muestra la realidad porque los humanos preferimos lo mejor. Siempre pensamos en lo bueno. Sin embargo, en el mundo existe también lo malo. Ante lo no bueno, escogemos lo menos malo. Significa que tenemos conciencia de que nos rodea lo malo.
En la vida política peruana estamos en la incertidumbre de quién nos causará menos daño porque instintivamente no encontramos lo bueno. Remontémonos solamente al presente siglo. En elecciones, el pueblo ha tenido que “conformarse” con lo menos malo porque “se consideraba” que los “dos” finalistas no eran buenos.
Veamos: en 1990 preferimos al menos malo y dejamos a Vargas Llosa; el 2001, entre Alan García y Alejandro Toledo, se optó por el “cholo sagrado”; el 2006 escogimos a Alan García y se dejó a Ollanta Humala; el 2011 preferimos a éste en lugar de Keiko Fujimori; el 2016 dejamos a Keiko y se escogió a Pedro Pablo Kuczynski; el 2021 se dejó a Keiko y ganó Pedro Castillo. No hay duda, desde 1990 se escogió al “menos malo”. Ahora, esos y Martín Vizcarra están procesados penalmente por actos de corrupción. La actual presidenta también tiene acusaciones.
Para las elecciones del 12/04/2026 hay muchos ciudadanos que aspiran a ser presidente del país. Ante la histórica experiencia, cabe la interrogante: ¿son realmente buenos?
Y finalmente quedarán dos candidatos. ¿Son buenos o malos? El pueblo debe escoger. Con los golpes que hemos sufrido estos 35 años, ¿hay que creerles? Todos se presentaban como buenos, honrados y sacrificados; ofrecían de todo, hasta combatir la corrupción y cambiar la vida a los peruanos, y pugnaban por convencer a la población. Y se escogía al menos malo. Teníamos conciencia de que los dos no eran buenos. Los candidatos presidenciales para el 2026 también ya ofrecen de todo, dicen: “terminarán con la corrupción” y “repartirán” riqueza. Entonces, ¿cómo debemos escoger?
Lo sufrido en 35 años, ¿proseguirá? Al final de la primera vuelta del 12/04/2026, podrían quedar los dos menos malos para finalmente escoger uno. Estamos frente a experiencias que ahora nos confrontan nuevamente. Ante ello, ¿cuál es el destino peruano que en 35 años los electos son procesados por corruptos? Es imprescindible recordar las reglas de la convivencia incaica: Ama sua – No seas ladrón; Ama llulla – No seas mentiroso y Ama quella – No seas ocioso.
Los “tantos” candidatos presidenciales que compitan el 12/04/2026 y los dos finalistas, ¿tendrán el valor de no ser ladrones, mentirosos ni ociosos? ¡Que los votantes no lo olviden!
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