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Nuevos dueños del Perú

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Fecha Publicación: 06/01/2020 - 22:20
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Como sin querer queriendo, la progresía marxista se ha soltado la trenza y ha perdido todo rubor para declararse propietaria absoluta del Perú, tras la rendición vergonzosa de un presidente apellidado Vizcarra quien ha claudicado para salvar su grueso pellejo permitiendo que semejante barbaridad venga sucediendo en el Perú. Lo que vemos a diario es digno, únicamente, de dictaduras bananeras. Épocas que los peruanos pensábamos haber superado después de mucha discordia y sufrimiento.

Tiempos en los cuales el mandón palaciego hacía y deshacía –como ocurre hoy- y al que criticaba o protestaba lo pasaba por las horcas caudinas de la justicia corrupta manejada por el dictador. En este caso, por una Fiscalía de vergüenza que divide a los peruanos entre buenos y malos según sus simpatías o antipatías con el amo de turno. Una Fiscalía que, como vemos a diario y se comprobó ayer, maltrata a las víctimas de accidentes y/o a sus familiares abandonándolos en pleno pavimento durante horas, y alega que la razón de semejante vejación es por “falta de movilidad”. Mientras tanto, la fiscal de la Nación se aboca a funciones tan propias de su labor como incordiar a un postulante a la malhadada Junta Nacional de Justicia, porque así se lo exige la progresía marxista que la tiene secuestrada. Igual que al mandatario golpista.

Hemos llegado a tal extremo de autocracia que ya nada se mueve en este país sin el visto bueno de la mafia caviar enquistada en Palacio de Gobierno. Esta camorra ha conseguido que un jefe de Estado chantajeado –además de inepto y con la conciencia sucia- cierre el Congreso porque su mayoría electa por el pueblo era “obstruccionista”. Concretamente, porque pertenecía al partido Fuerza Popular. Agrupación a la cual los progre marxistas –los caviares- han decidido aniquilar en venganza porque derrotó a su brazo armado y socios ideológicos -los sanguinarios terroristas de sendero y mrta- apresando, procesando y condenando democráticamente a sus jerifaltes. Empezando por el genocida guzmán reinoso. Un atrevimiento que los caviares -reiteramos, socios ideológicos de sendero- no perdonarán jamás.

Y por este motivo, la progresía marxista ha declarado la yihad mayor al fujimorismo. Para ello utilizan al Estado –que controlan pese a no haber sido elegidos por votación- como arma arrojadiza para apresar a su líder, dirigentes y simpatizantes, apelando a la malversación de la justicia que ellos manejan a entera discreción. Vale decir, persiguen a quienes no comulguen con sus ruedas de molino, arrinconándolos como apestados a través de una prensa canallesca y corrupta que se ha vuelto progre marxista a cambio de que el Estado la subsidie con esa corruptela de la publicidad estatal. Precisemos. La única diferencia entre la táctica de Montesinos para manipular los medios (comprándoles información a cambio de bolsones llenos de billetes sacados de las arcas públicas) y lo que hace el golpista Vizcarra para manejar la línea periodística de la concentración mediática liderada por El Comercio (dándole millones de soles mensuales respaldados por facturas que registran venta de avisos) es que Vizcarra ha formalizado el soborno.