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Nuevos pasos del golpismo vizcarrista

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Fecha Publicación: 28/05/2019 - 22:20
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El turno esta vez fue del indescriptible primer ministro Del Solar, quien pretendió lucirse ante la platea haciéndole otro feo al Congreso. Nuevamente desairando a la Comisión de Constitución, que le había invitado a seguir debatiendo la reforma política planteada, precisamente, por los asesores de su jefe. La excusa ahora es que el premier tiene que atender “cuestiones de agenda”. Aunque dejó en claro que la reforma de marras “es de interés del Poder Ejecutivo que se debata prioritaria y ampliamente”. Nueva falacia. Pues su jefe demanda que se apruebe de inmediato, validando la propuesta palaciega sin variarle una coma.

Extraño, además, que Del Solar se atreva a desobedecer a su jefe, desde que la semana pasada ambos fueron caminando al Parlamento para dejar un escrito manifestando que no se presentarán ante la mencionada comisión “porque no hay voluntad en el Legislativo para debatir las iniciativas del Ejecutivo para la reforma política”. Esto luego que el Congreso desechara el planteamiento oficial enviado por los asesores vizcarrinos proponiendo la eliminación de la inmunidad parlamentaria, sin que se debata eso mismo en el caso de la inmunidad del presidente de la República. Como sabemos, lo que buscan los asesores progre-marxistas de Martín Vizcarra es que la “reforma política” se circunscriba a castrarle facultades constitucionales al Congreso. Aquellas que regulan el equilibrio de poderes –básico en toda democracia y ciertamente indispensable en nuestro caso, si recordamos el freno que puso el Congreso al entonces presidente Alan García cuando su gobierno propusiera la estatización de la banca.

La idea es trasladarle estas facultades al presidente de la República, convirtiéndolo en un vulgar tiranuelo. Una verdad que desconoce la mayor parte de la sociedad debido a que la prensa venal –comprada por el oficialismo con la corruptela del avisaje estatal– se ha encargado de esconder el pervertido concepto de esta mal llamada reforma política. A nuestro criterio, esta engañifa no es sino parte de la estrategia de la progresía marxista para provocar un golpe de Estado disfrazado de reformas democráticas, cuyo eje central estriba en clausurar el Congreso o, cuando menos, en convertirlo en un ente inservible reduciéndole sus facultades a la mínima expresión.

Otra coordenada de esta táctica golpista es el copamiento del Poder Judicial por parte del Ejecutivo. Recordemos que también Palacio de Gobierno remitió al Parlamento su propuesta para reformar la Justicia. En este orden de ideas, genera muchísimas dudas –peor aún, indignación– la reciente designación del presidente de la República –y jefe del Ejecutivo, un poder del Estado– como presidente del “Consejo para la Reforma de Justicia”, que integran los titulares de los poderes Legislativo y Judicial –sus pares–, y las cabezas del Tribunal Constitucional, Contraloría, Fiscalía, Defensoría y JNJ Junta Nacional de Justicia. Al respecto resulta claramente incompatible –aunque sobre todo inconstitucional– que el jefe del Ejecutivo presida una comisión cuyo objetivo es reformar otro poder del Estado. Con más razón tratándose del Judicial. ¡Aquí hay gato encerrado! ¡La presidencia de esta comisión debe recaer únicamente en el presidente de la Corte Suprema!