Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
Obedecen o destruimos
Castillo llegó al poder para demoler por dentro a la institucionalidad del Estado tal como estaba escrito en el plan de gobierno de Perú Libre, pero, a la vez, facilitar y consolidar la infiltración de los expertos en agitación social provenientes de las canteras de Sendero y del MRTA en la base social, conforme sucedió con las designaciones de prefectos y subprefectos.
El plan exigía una conciencia colectiva de resentimiento contra Lima, el Congreso y los partidos democráticos con base en la confrontación étnica y cultural, victimizando al campesino agricultor y a los provincianos frente a un agresor ficticio porque con los gobiernos regionales y locales, cada pueblo tenía recursos que se desperdiciaban con la aparición de sucesivos ladrones regionales y locales. Sin embargo, con ese estribillo propalado por casi todas las radios y medios de comunicación locales, financiados con las arcas del Estado, lograron con creces su objetivo.
En dicho escenario se fue construyendo una metodología de movilización social violenta, asegurándose la logística e ingentes recursos económicos que solo podían provenir de las actividades ilegales, con la intervención agitadora de Evo Morales y el libre uso del corredor Puno-La Paz. Así vimos cómo se manipulaba a las comunidades contra la gran minería, se bloqueaban las vías de comunicación y se alteraba impunemente el orden público con acciones vandálicas que la izquierda justificaba como un agregado lícito al derecho a la protesta y la no criminalización de ésta.
Cuando tuvieron todo estructurado y listo para desatar la arremetida final y pasar al tema de la asamblea constituyente para convertirnos en otro país narcochavista, se produjo el suicidio político de Castillo quien, cayó flagrantemente en la causal de vacancia y su destitución y detención está siendo utilizada para convertirlo de ladrón en mártir, gatillándose el inicio de la violencia generalizada para poner al Perú en estado de postración aislándolo por dentro y desde fuera con los bloqueos violentos de carreteras y tomas de aeropuertos con ataques incendiarios y destrucción de bienes públicos y privados consiguiendo la famosa cuota de sangre que ahora les sirve para arrinconar al gobierno como presunto impulsor de un acto de genocidio.
Sabían que la señora Boluarte era la sucesora constitucional del golpista, pero como manejan bien el sofisma, la tildan de usurpadora y traidora, así como de golpista al Congreso, demandando la renuncia de todos, la restitución de Castillo a la presidencia y la convocatoria a la asamblea constituyente.
Todo les salió a pedir de boca. La señora Boluarte tiene un discurso errático, no hay apoyo a la policía ni se dictan medidas para restablecer el orden convirtiéndose la tibieza política en la regla.
No han venido a Lima a dialogar sino a imponer. Ya sus clásicos aliados actúan a su favor y la violencia en la capital puede desatarse en cualquier momento.