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Ojo con el Gasoducto del Sur

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Fecha Publicación: 05/02/2024 - 23:00
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El Perú aún no aprende de sus aciagas experiencias. En cuanto megaproyecto ha participado, sea directa, indirecta o tangencialmente, las consecuencias han sido catastróficas. Las carreteras Interoceánicas, por ejemplo, resultan siendo no solamente un fiasco económico para nuestro país, que asumió unos presupuestos elevadísimos, inflados por la corrupta empresa brasileña Odebrecht para pagar las megacomisiones que recibieron sus consorciados como Graña y Montero. ¡Y Dios sabe qué otras corruptelas alrededor de este proyecto! Al final del día, las ventajas fueron más evidentes para Brasil, que puede usar la Interoceánica con el propósito de embarcar parte de su carga de exportación, transportada por vía terrestre, desde nuestros puertos del Pacifico, de donde saldrán a diferentes países del orbe. Igual sucedió con la Refinería Talara cuyo costo inicial frisó los US$ 1,600 millones; pero acabó contándonos US$ 7,600 millones, convirtiéndose en la refinería petrolera más cara del mundo; por tanto, la más ineficaz de planeta; considerando la relación entre el costo invertido y los beneficios por obtenerse. Descomunal desbalance entre los precios proyectados, el costo final y la magra rentabilidad del negocio del refine.

Lo mismo sucedería con las líneas del Metro de Lima, construidas a costos finales exuberantes, convirtiendo al Metro limeño en el proyecto más caro del universo en cuanto al valor del kilómetro de vía férrea. Así podemos seguir revisando nuestras imperdonables tragedias, todas ellas signadas por la megacorrupción que campea en el Perú, multiplicada por la voracidad de los constructores locales y extranjeros. Consecuentemente, hoy necesitamos llamar la atención al ciudadano de a pie sobre otro de estos megadelirios que estarían próximos a volverse realidad, como en los ejemplos de la Refinería Talara, la Interoceánica y el Metro limeño. Vale decir, con sobrecostos astronómicos, respecto a la inversión/beneficio la cual, en todos estos casos, permanece negativa de por vida, dado que favorecerá, exclusivamente, a terceros. Vale decir a los promotores y/o los constructores del mamotreto. Gente que, como Odebrecht y/o la española Técnicas Reunidas, que nos encajó el robo del siglo llamado Refinería Talara, seguirán hundiendo al Estado peruano en un mar de impagables e infinitas deudas, e interminables procesos judiciales. Esta vez alertamos al lector porque, en esos mismos corrillos estatales de siempre, los propios descarados que nos vendieron la falsa idea de construir proyectos para que progrese el país –algunos de ellos participaron en las iniciativas que hemos reseñado líneas arriba– estarían empujando al gobierno a ejecutar el siempre mal ponderado “Gasoducto del Sur”, promovido entre 2011 y 2016 por una organización criminal liderada por Ollanta Humala y conformada por Kuntur Transportadora, con el objeto de construir el Gasoducto Andino del Sur; y adjudicarse, a su vez, a Kuntur Transportadora vía el consorcio formado por Enegas Internacional y Graña y Montero (Aenza).

Hablamos nuevamente de presupuestos básicos que se multiplicarán hasta alcanzar decenas de miles de millones de dólares, que acabarán pagándolos usted, amable lector, sus hijos, nietos y bisnietos. Mucho ojo con estas proyectadas estafas que vienen siendo promovidas sotto voce a la vuelta de la esquina.

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