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Omnipresentes

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Fecha Publicación: 02/03/2019 - 22:10
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El presidente Martín Vizcarra sobrevaloró el soporte que los buenos indicadores de popularidad otorgaba en su beneficio. Una popularidad que debió invertir primero en reformas urgentes y definiciones precisas de su gobierno que, por ejemplo, dieran contenido a la Política Nacional de Competitividad y Productividad anunciada en la CADE del año pasado.

Sin embargo, excedió la autoconfianza del que todo lo puede. Fuera de no exhibir remordimiento alguno por la negligencia gubernamental de hacer oídos sordos a las advertencias especializadas sobre los impactos de los desastres naturales –como las de los centros globales Climate Prediction Center y el International Research Institute for Climate and Society– para esta etapa del 2019, Vizcarra se allanó a cumplir un programa de visita oficial a Portugal y España cuando más de medio centenar de peruanos perdían la vida a consecuencia de los mismos.

El saldo de tamaño error lo determinará la opinión pública en las próximas encuestas. Convengamos hacia otro ángulo de observación de este hecho que traduce una vieja certeza del peruano común alimentada por la mayoría de sus líderes políticos: la omnipresencia. Vale decir, la sensación que esos líderes deben estar en todas partes, dirigiendo y resolviendo todo.

Nunca nos hemos detenido a cuestionar seriamente este hoyo de la institucionalidad democrática que imita más bien un rasgo de las sociedades dominadas por autócratas iluminados y ofrecidos como infalibles. Suelo reír, y mucho, cada vez que veo en la televisión a funcionarios subalternos de los ministerios, gobiernos regionales o de los municipios iniciar sus alocuciones diciendo: “por especial indicación del señor ministro (gobernador o alcalde) equis, cumplo con informar que…”

¿Acaso ocurre que las acciones públicas tienen un solo inspirador que, por coincidencia, siempre es la máxima autoridad? ¿Es necesario enfatizar la “orden” o la “indicación” de la misma para concederle validez a tales acciones? ¿No se pueden hacer bien las cosas si no mentamos primero al jerarca?

Para avalar este sinsentido y más patético que nunca, el premier César Villanueva dijo esta semana en Piura: “El presidente Vizcarra está acá con nosotros. El presidente se da tiempo para llamarnos cada hora y preguntarnos cómo está el río, si ha bajado, si ha subido…”. Y como los funcionarios subalternos de los ministerios, gobiernos regionales y municipios, la vicepresidenta Mercedes Araoz tuiteó: “por encargo del presidente Vizcarra, hoy estuvimos en Lambayeque…”

Afianzar la imagen del omnipresente y líder mesiánico les pasó facturas a exmandatarios como Fernando Belaunde, Alan García y Alberto Fujimori. Vizcarra empieza a pagarla luego de ocho meses de legítima luna de miel con la población, por comerse aquello que es el salvador de la patria y no empoderar al equipo de gobierno. Así son las cosas.