ONU: Carácter es lo que Guterres debe mostrar
Israel ha pedido la renuncia del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, el portugués António Guterres (1949), que fuera elegido en 2017, y en 2021, reconfirmado para un segundo período de funciones de 4 años, y que, si por estos días hubiera sido la fecha de la referida reconfirmación, seguramente hubiera terminado vetado como lo fue el egipcio Butros Butros-Ghali (1992-1996), que, llevándose mal con la Casa Blanca, aduciendo motivos injerencistas, terminó vetado por Estados Unidos, el poder real del planeta, quedando frustrada su reelección. No es usual que los Estados lancen abierta y decididamente la renuncia del máximo funcionario administrativo de las Naciones Unidas, figura clave y seguramente la más visible del mayor foro político del planeta. Pero, entonces, ¿quién es el secretario general de la ONU?. Pues António Manuel de Oliveira Guterres, que también fuera primer ministro de Portugal (1995-2002), involucrado en la ONU, ejerció hasta el 2015 y durante toda una década (2005-2015) el cargo de Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados – ACNUR. Ha sido una práctica en la ONU conceder dos períodos de gestión a tan importante funcionario mundial, y Guterres pudo conseguir esta aquiescencia diplomática de los Estados miembros de la ONU, hace exactamente dos años. La inesperada declaración del representante permanente de Israel en las Naciones Unidas llamando inapto o inepto al primer agente diplomático del mundo, ha dejado realmente en una posición vulnerable a Guterres. Más allá de que su función sea, stricto sensu, administrativa, qué duda cabe, de gran connotación mundial, visibiliza la vida ecuménica de la ONU y toda la humanidad así lo reconoce.
Su respuesta, respecto del pedido de renuncia israelí, que ha referido su parcialización al señalar que “El secretario general, quien se muestra comprensivo por la campaña de asesinatos en masa de niños, mujeres y ancianos, no es apto para encabezar la ONU”, no ha sido a mi juicio la esperada. Guterres, preocupado por su puesto de secretario general de la ONU -me hace recordar la misma actitud de muchas otras autoridades en Perú que sin pantalones, son incapaces decir lo que corresponde en su exacta dimensión para no parecer fantoches, y si amerita, renunciar porque la dignidad no tiene precio-, se ha encargado de decir de mil maneras, que no ha sido comprendido en sus declaraciones, que lo sacaron de contexto, que eso no fue lo que quiso decir, etc. No digo que deba renunciar. No. Pero con respeto y equilibrio nada le va a pasar al responder con autoridad sobre todo en estos momentos en que el rol de las Naciones Unidas debe ser fortalecido, pues es clave en el planeta frente a dos conflictos -en Europa del Este y en Medio Oriente- que ponen al mundo en un estado de real vulnerabilidad. Más carácter es lo que esperamos de Guterres. Las tensiones en Nueva York -allí tiene su sede principal las Naciones Unidas- deberán pasar por el bien de la ONU y de la paz mundial, principalmente.
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