Operación Antropoide (I)

Esta reseña tiene que comenzar con una anécdota.

Tenía un profesor que era un gran lector (de hecho, sé que aún vive, pero lo menciono en pasado porque he perdido todo contacto con él). Como siempre me veía en la biblioteca con un libro nuevo cada semana, no nos costó mucho romper esa jerarquía que imponen las instituciones. Fue entonces que nos volvimos amigos. Amigos que solo hablan de literatura, en todo caso. Pues bien, este profesor se me acerca un día para preguntarme qué estoy leyendo, a lo que yo le respondo «esto», y le muestro el libro. Entonces él dice el título en voz alta y agrega que había leído una elogiosa reseña de Mario Vargas Llosa sobre esta novela. Estamos hablando de HHhH, de Laurent Binet.
(Aquí habría que añadir que esta novela tiene una adaptación cinematográfica cuyo estreno se dio en 2017. El título, por razones de márquetin, tuvo que variar. De esta manera, HHhH pasó a llamarse The Man with the Iron Heart).

En la reseña, Vargas Llosa señala que durante los siete años que trabajó en Radio Televisión Francesa era una obligación leer las novelas ganadoras del Premio Goncourt, de las cuales no recuerda ni una, tal vez, asume, debido a su baja calidad literaria. Pero, afirma, este Goncourt que acaba de leer (se refiere a HHhH) la recordará con nitidez lo que le queda de vida.

A mi profesor le hice mención de otra reseña, una aún más elogiosa, aparecida en una revista local, pues fue esta la que me convenció de leer la novela. El título, ese enigmático título, era ya de por sí un acicate más. Mi profesor me dijo que la iba a leer durante el fin de semana. En francés, desde luego. También dijo que la podíamos comentar el lunes. Pero no vino el lunes. De hecho, no vino más y allí le perdí el rastro. Fin de la anécdota.
Ocupémonos ahora del libro de Binet.

La novela se centra en un particular hecho histórico: el desarrollo de la Operación Antropoide, estrategia mediante la cual se buscaba eliminar a uno de los más temibles líderes de la Alemania nazi. No nos referimos a Hitler, claro está, sino al «verdugo de Praga», «el carnicero», «el ángel de la muerte», «la bestia rubia», el individuo al que el mismo Führer apodó «el hombre con corazón de hierro». Es decir, Reinhard Heydrich.