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Oportunidad para el Perú

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Fecha Publicación: 28/11/2021 - 22:15
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Después de algo más de dos meses de conocerse el resultado de las elecciones en la República Federal Alemana, próximamente asumirá las riendas del país un nuevo Gobierno, encabezado por el actual vicecanciller Olaf Scholz, quien reemplazará a la icónica Angela Merkel.

Para la formación del nuevo gobierno se logró una coalición entre el partido de mayor número de votos, el Social Demócrata (SPD), identificado por el color rojo -que nadie repudia- con Los Verdes, así como también con los Liberales del FDP, más a la derecha, que se conocen como amarillos.

El Ministerio del Exterior será ocupado por la carismática y guapa Annalena Baerbock, joven líder de Los Verdes. El jefe de los liberales Christian Lindner será el nuevo ministro de Finanzas. El ministerio del Medio Ambiente cambiará de nombre: se denominará Clima y Economía y estará a cargo del dirigente verde Robert Habeck. Ello con la anunciada meta de trabajar para un mayor progreso.

En una democracia madura se da el hecho de que algún ministro de Estado pueda quedarse en su puesto. El que trabaja bien no tiene por qué irse. Son –como su nombre lo indica- ministros de Estado, y no de Gobierno, como mal se interpreta en otros países en los que se prevalece la improvisación frente a la experiencia.

En Alemania nadie se irrita de que después de 16 años de la señora Merkel subsista una continuidad en cuanto a personas. El nuevo jefe de Gobierno es aún hoy el segundo gobernante o sea vicecanciller, y además ejerce la alta responsabilidad de ministro de Finanzas, durante el gobierno de la Merkel.

La estabilidad es necesaria para la gobernabilidad. En una nación que se respeta no cabe discusión sobre fraude y vacancia. En Alemania se acata la voluntad popular expresada en las elecciones y se busca fortalecer a los elegidos. Más aún se confía en su capacidad de lograr una mayor representación, bajo el método democrático de la coalición. Esto garantiza la estabilidad y el progreso.

El primer acuerdo –por consenso- es profundizar las medidas para combatir la pandemia. Europa, donde ha entrado el invierno, que obliga a cobijarse en espacios cerrados, está llegando a un número de contagios que supera las previsiones. También el nuevo ministro de Finanzas ha anunciado que no habrá aumento de impuestos y más bien se eleva el salario mínimo a 12 euros la hora, algo que en nuestro continente percibe un trabajador al día.

A diferencia de los que sucede en América Latina, donde hay aun diferencias sociales abismales –y los que la democracia es aún un experimento con caros procesos electorales-, en Alemania quedan al margen los extremos tanto de izquierda como de derecha. Los partidos de extrema derecha están prohibidos por ley.

En cuanto a la política exterior, la simpática señora Baerbock ha adelantado que promoverá relaciones estables con todos los países del mundo. Para el Perú, la socialdemocracia alemana, así como una alianza que podría llamarse social-ecológica, ofrece una oportunidad para incentivar aún más las relaciones bilaterales y la cooperación.

Desde hace años fundaciones alemanas trabajan en nuestro país en asesoramiento político. Ahora la Fundación Ebert, y la Naumann, representativas de la coalición que entra a gobernar, tendrán un rol más que simbólico. Nuestra democracia tiene aún mucho por fortalecer.

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