Organización criminal paraliza transporte
La inseguridad ciudadana llega a estratos escalofriantes. Ayer lunes, por primera vez en la extensa historia de nuestra ciudad, diversas líneas de buses para transporte público que brindan servicio a millones de pobladores –quienes transitan diariamente la ruta norte a sur y viceversa, desplazándose desde y hasta sus hogares rumbo a (y de regreso de) sus centros de trabajo– paralizaron su actividad por espacio de cuarenta y ocho horas, en protesta por la inacción del gobierno frente a esta colosal ola criminal de asaltos, robos, sangre y muerte que, cada día, aumenta en perjuicio de la sociedad. ¡Resulta alarmante el grado de indefensión en que –en pleno siglo XXI– se encuentra Juan Pueblo ante el crimen organizado! Todo esto por la irresponsabilidad de un desorganizado gobierno, que pone en grave riesgo la vida y salud de millones de ciudadanos. Hablamos, pues, de la indiferencia del oficialismo ante un hecho grave, una actitud que, en cualquier lugar del planeta, hubiese sido enfrentada de inmediato –y con la mayor de las energías– porque constituye un inaceptable atentado contra la población entera, con las durísimas consecuencias políticas, sociales, económicas y morales que implican estos hechos para nuestra sociedad, lo que sin duda corroe cotidianamente la confianza del ciudadano en sus –aparentemente y para todo efecto– incapaces gobernantes.
EXPRESO informaba ayer que “Desde la mañana de este lunes, la empresa de transporte La Nueva Estrella, operadora de los buses conocidos como ‘Anconeros’ –junto a otras líneas que cubren rutas desde la zona de Lima Norte hacia el sur– detuvo sus actividades con un paro de 48 horas. Esta decisión responde a los constantes ataques extorsivos que soportan sus conductores, quienes son víctimas de balaceras, amenazas y atentados contra sus unidades, creando un clima de inseguridad que fuerza a los transportistas a detener sus servicios en busca de una respuesta efectiva por parte de las autoridades. Los usuarios de la ruta afectada –principalmente los distritos de Ancón, Puente Piedra y Comas– afrontaron un caos en los paraderos de la Panamericana Norte. Las largas esperas —que superaron varias horas— causaron gran malestar entre las personas que dependen de estos buses para trasladarse. En el distrito de Ventanilla, en puntos como el paradero Hogar, decenas de estudiantes y trabajadores expresaron su frustración ante la falta de transporte, mientras intentaban conseguir alternativas de movilidad. Frente a la falta de buses, muchos pasajeros optaron por utilizar taxis colectivos que recorren toda la Panamericana Norte. Sin embargo, algunos se encontraron con grupos de choferes y de cobradores de buses que impedían su circulación, obligando a los pasajeros a bajar y sumarse al paro.”
Este paro dejó a miles de usuarios sin transporte y muestra la crítica situación y total indefensión en que se encuentran millones de personas en este país ante las crecientes mafias extorsionadoras que imponen cupos diarios a los transportistas mediante contribuciones forzosas, instituidas por mafias mayoritariamente venezolanas que actúan como organizaciones criminales y que campean libremente por nuestras ciudades. ¿Y el Poder Judicial y la Fiscalía de la Nación? ¡Bien, gracias!
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